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dilluns, 4 de març del 2013

EL MINISTRO DEL INTERIOR PECA DE HOMOFOBIA, Francisco Asensi

EL MINISTRO DEL INTERIOR, FERNANDEZ DIAZ, PECA DE HOMOFOBIA
 
Acabo de leer la noticia de Agencia y el comentario de Miquel Noguer (El País lunes 4 marzo 2013)
 
Al parecer, como a S. Pablo, a nuestro ministro se le apareció Dios en Las Vegas (Él salio manifiestamente a mi encuentro). ¡Los caminos del Señor son inescrutables! Y, claro, la luz celeste le llevó al Opus Dei. ¿Alguna vez se ha aparecido Dios a alguien para que se apunte a la Teología de la Liberación?
 
En el Opus Dei, lo fundamental no son las enseñanzas del Evangelio sino las de Escrivá de Balaguer. ¡Cristianizar este mundo desde arriba, desde el poder, desde el dinero…! Y nuestro ministro, siguiendo al Padre, nos quiere cristianizar. La política es un magnifico campo para el apostolado, la santificación y el servicio a los demás (!) El ministro pretende catequizarnos, imponernos la moral católica (o, lo que es mucho peor, la moral del Opus). Quiere aportar su granito de arena arremetiendo contra los matrimonios gays.
 
 
Entre los argumentos “racionales” que emplea en su catequesis, me ha llamado poderosamente la atención éste: “la pervivencia de la especie no estaría garantizada”. ¡¡Vaya por Dios, menta la soga en casa del ahorcado!! ¿Y qué pervivencia de la especie humana garantizan los curas, los religiosos, las religiosas y los eunucos sagrados del Vaticano?
Francisco Asensi

1 comentari:

  1. Comentario de ANTONIO LAGARDA
    Me ha encantado este comentario crítico al Ministro del Interior. Con brevedad, con humor irónico, respondes con claridad a las retorcidas palabras del converso-opusiano Ministro. Los conversos, a veces son peligrosos, por su fanatismo y fogosidad. Se transforman en apóstoles ardientes de sus creencias, que siempre son para ellos las únicas verdaderas, con derecho a predicarlas y, en lo posible, imponerlas al resto de pobres descarriados... O el converso vuela hacia Dios y se entrega al prójimo, con comprensión, respeto, amor, servicio, etc,, o puede ser un peligro para los demás.

    Y tiene gracia el final. Cabe deducir que el clero, monjas incluidas claro, deberán colaborar para que se incremente la pervivencia de la especie, y por tanto el número de potenciales hijos de la Iglesia. El
    nuevo Papa tiene la palabra...

    Antonio Lagarda

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