Echábamos en falta en nuestro blog unas impresiones sobre el nuevo Papa; así que nos hemos permitido "tomar prestada" esta carta que Francisco Asensi (¡Paco!) publica en su propio blog:
He aquí
algunos párrafos que le he escrito y que quiero compartir con mis
lectores:
1.- Sencillo, espontáneo. Nada engolado ni teatrero. Apareció en el balcón, despojado de oropeles. Simplemente con la sotana blanca y una cruz de plata y no de oro; con zapatos negros corrientes y no los rojos. Contrastaba con la vestimenta de los cardenales que se asomaban por los balcones, con sus capisayos y puntillas. Sin levantar las manos en señal de triunfo, sino caídas, pegadas al cuerpo, como si lo llevasen al suplicio. A mí me recordó aquella escena de la Pasión, cuando Pilatos saca a Cristo al balcón y lo muestra al pueblo: Ecce Homo. “Este es el hombre”
2.-Cosa
inaudita, se inclinó profundamente ante el pueblo de Roma (sus feligreses) que
llenaban la plaza y pidió su bendición, antes de que él impartiera la suya urbi et orbi.
3.-
Después de esta ceremonia, volvió a la residencia vaticana de Santa Marta en
autobús, con los cardenales, sin utilizar la limusina que ya le tenían
preparada.
4.- Al día
siguiente, volvió personalmente a la residencia donde se había alojado durante
el precónclave a recoger sus maletas y pagar el hospedaje.
Papa Francisco en la recepción de la residencia Domus Internationalis Pauls IV, pagando su noche de estancia antes del cónclave.
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5.-Su
actitud ante los cardenales: tratándoles fraternalmente de igual a igual (primus
inter pares?) puesto en pie y bajándose de su estrado (dando un traspiés que de
poco cae al suelo). Rompiendo a cada momento el protocolo.
6.- Hoy
mismo, ante los periodistas de todo el mundo que han cubierto el cónclave, ha
explicado el por qué de su nombre. Al obtener la mayoría de los tres tercios y
mientras le aplaudían, un cardenal que se sentaba a su lado lo abrazó y le dijo:
No te olvides de los pobres. Eso hizo
que se acordase de San Francisco de Asís (pobreza + paz + amor a las criaturas).
Se dijo ese es el camino. Quiere que la
Iglesia sea de los pobres y para los pobres. ¿Aviso para la Curia, enredada
en disputas de poder y dinero? Eso de la Iglesia de los pobres ya lo remarcó,
sin éxito alguno, el Vaticano II. Veremos si lo consigue. La tarea que se ha
impuesto es titánica. Al parecer, coraje no le falta, según dicen los que le
conocen bien.
Para los tres días que lleva el papa Francisco, baste lo dicho como muestra de por donde van los tiros…
Francisco
Asensi
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