RESPONSABILIDAD

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dimecres, 24 de setembre del 2014

GUERRA Y PAZ. EN LAS RELIGIONES., Ramón Gascó



(Como no hay dos dioses; uno bueno y uno malo, tampoco hay uno con dos caras.)

 Viene esto a cuento de que siendo esto así, no veo claro el acierto de la convocatoria que se hizo desde el Vaticano de la “Jornada mundial por la Paz” este mismo mes de septiembre.

        Y lo digo porque se podría crear confusión por el mismo título que dice literalmente:“Invocar a Dios para que nos conceda el gran don de la Paz
    
   Pero es que ese “gran don de la Paz” ¿no nos lo concedió Jesucristo de una vez por todas desde la Cruz? ¿No fue esa la gran novedad de su misión? ¿El Kerigma predicado en todas partes?

Se me ocurren unas preguntas sencillas.
-       ¿No lo hizo de forma definitiva?

-       ¿Lo hizo condicionado a que se lo pidiéramos todas y cada una de las veces?

-     ¿Lo hizo limitado a que antes nos pusiéramos todos de acuerdo en pedir lo que ya había conseguido?

-       ¿O en aceptarlo?

-       Aún más ¿es que podría haber un Dios para cada uno de los que lo invocan para su propio interés y conveniencia?

Todas esas preguntas y muchas otras hasta cierto punto absurdas, dan a entender que no está bien planteada la invocación del don de la paz a Dios.



No me cabe la menor duda de que toda esta confusión se debe al falso concepto de Dios. Aquel Ser que está por encima del bien y del mal, nunca mejor dicho.

Aquel Ser que desea el aquelarre de fieles creyentes en el que mientras unos suplican “El Don de la Paz, otros piden poderío para la lucha y la victoria sobre los enemigos. No estaría de más que recordáramos la canción que con gran entusiasmo entonábamos, terminada nuestra guerra civil: “Cristus vincit, Cristus regnat, Cristus imperat”.

Un factor a tener muy en cuenta es el miedo y el temor que se encuentra siempre presente en la estructura humana. Cuando hay temor ¿pueden ser buenas las personas? Es una pregunta que me ha inquietado muchísimo, porque pienso que los seres humanos siempre tenemos miedo, y por eso nunca somos del todo buenos. Ni libres porque cuando el miedo alcanza niveles estratosféricos, crean una situación límite.

Yo diría que lo que hay en el mundo en este momento es muchísimo miedo. Y evidentemente, una magnífica ocasión para utilizar la política y la religión del miedo.

            Yo siempre he creído que la administración del miedo es uno de los factores más temibles y más perversos, que pueden aparecer en la escena pública. De eso hay muchísimos ejemplos.


            Y lo terrible es que con el temor se consigue una especie de recuperación perversa de la confianza en los jefes políticos y religiosos.


            De lo cual se deduce que la religión haya adquirido un carácter muy reprobable. Muy poco cristiano.


Y los agnósticos puedo pensar que se frotan las manos ante este espectáculo de los creyentes en palmaria contradicción y sin sentido. Llegó a escribir Lucrecio en su tratado DE RERUM NATURA : “En el caso de que haya dioses, no se ocupan para nada de los hombres”.

RAMÓN GASCÓ.




NOTA.-
Juramento para instaurar el reinado de Dios.
 Precisamente estos días se ha publicado en la prensa la solicitud al Cardenal Rouco de comparecencia como testigo en el proceso incoado a la organización de extrema derecha El Yunque por su carácter paramilitar. En su juramento para ser caballero cristiano se compromete a defender, “aún a costa de mi vida, este instrumento que Dios nos ha dado para instaurar su reinado en la Tierra”. Podría estar dispuesto a “derramar sangre” por “el Reinado de Cristo”. No hace falta ninguna explicación de la gran diferencia que hay derramar mi sangre y derramar sangre. Aún estamos en esas confusiones.



Que nadie piense que puede escudarse en Dios para la violencia, dice el Papa Francisco en Albania


"Que nadie piense que puede escudarse en Dios cuando proyecta y realiza actos de violencia y abusos. Que nadie tome la religión como pretexto para las propias acciones contrarias a la dignidad del hombre y sus derechos fundamentales, en primer lugar el de la vida y el de la libertad religiosa de todos.Que nadie piense que puede escudarse en Dios cuando proyecta y realiza actos de violencia y abusos. Que nadie tome la religión como pretexto para las propias acciones contrarias a la dignidad del hombre y sus derechos fundamentales, en primer lugar el de la vida y el de la libertad religiosa de todos." (Del discurso al presidente, demás autoridades civiles y al Cuerpo Diplomático en el Palacio Presidencial de Albania en la capital, Tirana,)

       

                 

dimarts, 16 de setembre del 2014

ANTONIO ROIG ROSELLO, galardonado con el Premio "BAEZADIVERSA 2014" (Modalidad "Contribución Personal")

Querido amigo Herrero:

El Excelentísimo Ayuntamiento de Baeza es el único en España que ha creado unos Premios a la Diversidad. Esta VI Edición, avalada por la exitosa experiencia de las anteriores y a propuesta de la Comisión Organizadora de los Premios "BAEZADIVERSA 2014" ha pensado en mí y me ha concedido el Premio en la Modalidad "Contribución Personal" (hay 7 Modalidades). El Diploma (y copio literalmente) especifica que es en "BASE A SU RECONOCIDA TRAYECTORIA PERSONAL, Y COMO UNO DE LOS REFERENTES Y ACTIVISTAS FUNDAMENTALES DE LOS DERECHOS LGTB".

En el momento de recibir el Premio (la Ceremonia tuvo lugar el sábado 13 de septiembre, a las 21:00 horas, en el Teatro de la Ciudad) leí el escrito que te adjunto por si crees oportuno publicarlo en "NIHIL OBSTAT",

Un abrazo. Antonio Roig.

Tendría yo 14 años cuando presenté como ejercicio de clase de Literatura un texto que no se ha borrado de mi memoria: primero por el varapalo que me supuso por parte del profesor que lo leyó. Segundo porque, aunque era un ejercicio escolar, sabía -sin entenderlo bien- que iba más allá de constituir un ejercicio de rutina y aprendizaje. Era un texto de alguna manera premonitorio. Era un grito de socorro. En el texto describía cómo en el silencio de la noche un muchacho entraba en el agua, nadaba mar adentro y se dejaba engullir por las olas. El muchacho se dejaba ahogar. Era un suicidio de papel. Era un suicidio.

Pasaron muchos años y, en 1976, en el primer Premio Planeta sin Franco, en el XXV Premio Planeta como enfatizaba la publicidad, mi libro "

          "TODOS LOS PARQUES NO SON UN PARAISO" figuraba en la lista de los 19 finalistas seleccionados. El original todavía durmió casi un año en la Editorial. En septiembre de 1977 se publicó el libro. Éste cayó como una bomba en el Convento (también era Parroquia) donde ejercía. Aunque se sabía que el libro había atravesado los muros conventuales para aspirar al premio, las alarmas se activaron demasiado tarde y los libros ya estaban a la venta en las librerías. En diciembre de 1977 el Sr. Arzobispo de mi ciudad Monseñor García Lahiguera me suspendió "A Divinis". El 4 de enero de 1978 me expulsaron de la Orden de los Carmelitas Descalzos donde profesara en 1956. Agotado el plazo de 24 horas que me dieron al leerme el documento de expulsión, el 5 de enero inicié una "sentada" frente al Convento/Parroquia donde había ejercido. Así estuve casi tres meses. La Editorial Planeta tenía la costumbre de enviarme sobres con reseñas y críticas de los periódicos. En uno de ellos leí el veredicto de un crítico. Señalaba él: "Con este libro el autor se ha suicidado". Era un suicidio de papel. Era un suicidio.



          Pasó un año más y en septiembre de 1978 la misma Editorial Planeta publicó mi segundo libro "VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE ORESTES". Recibo un sobre con la cosecha de críticas que la Editorial me envía. Yo, un tanto aprensivo, repaso esas críticas y casi me veo como el protagonista de una crónica de sucesos. El mismo cítico de antaño señala: "Si algún hálito .de vida quedaba, con este nuevo libro el autor ha rematado su suicidio." Era un siucido de papel. Era un suicidio.


          Luego vendría un tercer libro: Mis libros no son un suicidio de papel. Mis libros son una explosión de libertad, la explosión de libertad de un colectivo que rompe sus cadenas.
           "VIDENTE EN REBELDÍA". El libro lleva un subtitulo: "UN PROCESO EN LA IGLESIA". Era un poco como si Galileo Galilei -el sabio astrónomo- en sus ratos libres, entre sesión y sesión de Inquisición, se hubiera tomado las molestias de escribir la memoria de su proceso. El libro se publicó en 1979, pero todo el proceso que se cuenta ocurre entre 1977 y 1978. Si vosotros os detenéis un momento a analizar las fechas resulta que entre 1975 en que redacto el borrador del primer libro (muerte de Franco) y diciembre de 1978 en que concluyo el tercero (aprobación de la Constitución) la sociedad de este país ha consumado una página definitiva. Sin pretenderlo, mis libros han dejado constancia -a su manera- de la Transición Democrática Española. Mis libros no podrán entenderse sin tener en cuenta esa Transición.


(Permitidme añadir un detalle a modo de curiosidad o llamada a pie de nota: esa trilogía (mis tres libros) sólo suponen el 30 por ciento de mis escritos. Mi pensamiento completo sólo quedará manifiesto si un día ese 70 por ciento restante llega a publicarse).

          Mi casa está frente al mar, en el barrio de pescadores de Valencia. Fue una elección cuidadosamente meditada. Porque yo nací en Ibiza y mi padre era pescador. El mar que veo cada mañana es el mar de Ibiza. Cuando cada día me levanto el sol inunda el comedor y a lo lejos -no tan lejos- me saluda el mar. Con mucha frecuencia salgo a pasear por la playa. Incluso a veces, de noche, me sumerjo en el agua. De una manera persistente, cuando entro en el agua de noche, recuerdo al muchacho de 14 años que entra en el agua para dejarse morir. Y es con él con quien regreso a casa para recorrer en su compañía el dulce final de mis días.

Baeza, sábado 13 de septiembre de 2014