Año 1956:
Dedicados a
la repoblación forestal en el valle de Mena, al norte de la provincia de
Burgos. Coincidí con 10 estudiantes madrileños, buenas personas y buenos
estudiantes, apadrinados por el famoso P. Llanos de quien eran amigos.
Uno de ellos
llegó a Ministro.
Al final nos
fuimos unos cuantos a las fiestas de S. Sebastián. Nos resultaba imposible
encontrar alojamiento. Vi la carpa del circo Price y allá que nos encaminamos a
hablar con el Gerente, a ver si nos permitía dormir dentro, al finalizar la
función de la noche. Y nos lo permitió, de manera que, cuando la gente salía,
ya estábamos nosotros a la puerta esperando entrar. En la plataforma central
con suelo de madera, y utilizando todas las almohadillas que quisimos, dormimos
de maravilla. Por lo que le quedamos eternamente agradecidos.
Año 1957:
Lago
Sanabria:
A 500 m. por encima del lago Sanabria hay un valle en el que se construyó un pantano. A los estudiantes nos subían y bajaban en vagonetas. El río Tera, que circula por el fondo de dicho valle, desemboca en una gran catarata, que se despeña sobre el lago y un pueblo a su vera: Ribadelago. Tal vez viene a vuestra memoria con esta palabra el desastre de la presa que reventó dos años después y se llevó por delante casas y personas.
Restos de la presa. |
El desastre (pincha sobre las letras resaltadas)
Fotos
(pincha sobre las letras resaltadas)
Nosotros estuvimos construyendo un canal para dicha presa. La primera noche, sin mantas, tapado con toda la ropa que tenía, la pasé tiritando.
Año 1958:
Mi amigo, ya fallecido, y yo intentábamos aprender francés trabajando en Francia. El sindicato vertical de aquel entones nos proporcionaba contrato para trabajar durante un año; pero solo queríamos estar un mes, por lo que no lo aceptamos. Y nos fuimos alegremente a Francia en autostop a buscar trabajo. Tuvimos la gran suerte de que el coche que nos dejó en París, lo hizo a muy poca distancia del colegio internado donde nos íbamos a hospedar.
Durante una
semana buscábamos las ofertas de trabajo publicadas en los periódicos. Con
nuestro pasaporte de turista nadie nos contrataba. Contactamos con un catalán
comunista, que nos proporcionaría trabajo al lunes siguiente.
Pero el domingo
por la mañana me asomé a la ventana que daba al patio interior, y descubro con
gran sorpresa a dos condiscípulos y grandes amigos (actualmente también)
solitarios con la mirada perdida en mitad del patio. Les busqué comida y
habitación. Y nos unimos a ellos, que sabían a donde iban.
Se dirigían a
un campamento alemán internacional de estudiantes para trabajar en un
cementerio de guerra de Normandía: Champigny-la-Futelaye cerca de Evreux.
Y allá que
nos fuimos en autostop.
Este
campamento dependía de la organización Kolping, y su lema era “amistad más allá de
las tumbas”. Hacía pocos años que había terminado la segunda guerra mundial, y
estábamos en Francia, enemiga de Alemania. En nuestro turno no hubo estudiantes
franceses.
Adolfo
Kolping fue un sacerdote católico que creo en 1850 una organización para
atender necesidades sociales. Hoy son 400.000 socios que trabajan en 60 países.
En 1991 fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en Roma.
Mi amigo y yo
nos presentamos al jefe de campamento para preguntarle si nos aceptaba. Nos
aceptó y pagó el viaje con billete de tren, ida y vuelta, desde nuestro
domicilio hasta el campamento.
En mitad de
los campos de trigo había uno de 6.000 cruces, con soldados enterrados de ambos
bandos. Ni siquiera estaba vallado. Nuestro trabajo fue hacer la zanja para
vallarlo.
Encontramos
una placa de plomo que llevan los americanos colgada al cuello para identificarlos.
La mandamos a la embajada americana.
Me hice muy
amigo de un alemán que dormía en la misma tienda de campaña donde éramos 10. Un
día me preguntó que de quién creía yo que era la música que estaba silbando. Me
sonaba a Bach. Y así se lo dije. ¡La había compuesto él!
Vivía en
Emden, al NO de Alemania, a donde me invitó, cosa que no acepté, no sé por qué.
Todos los años asistía con sus padres a las representaciones de óperas de
Wagner en el festival de Bayreuth.
Luego nos
escribíamos en francés, hasta que en su última carta me anunciaba que se hacía
seminarista. Era protestante. A pesar de mi insistencia en continuar siendo
amigos, no me escribió más.
Se ha
jubilado como pastor evangelista, ha creado una orquesta de mandolinas, ha
grabado varios discos, se le puede oir cantar y tocar la guitarra en Youtube,
ha creado un coro de ancianos que cantan canciones muy fáciles en las que no
hay semitonos, etc.
Cenábamos a
las 7, por lo que podíamos acostarnos a las 10, después de haber visto una
película en el próximo pueblo.
Como premio, a los 15 días, en bus nos llevaron a la Expo Internacional de Bruselas. Pudimos admirar el atomium y lo mejor que cada país podía ofrecer.
El viaje
terminó en Colonia, base de la organización. Y desde allí, siempre en autostop,
entramos a Francia por Metz, fuimos hacia el oeste, de turismo, y entramos a
España por Lourdes. Crucé la frontera a pie con la maleta en la mano, porque el
coche que me trajo no podía cruzar la frontera, y desde allí hasta Valencia con
unos franceses que venían de vacaciones.
40 años
después hice un viaje de turismo por Normandía para visitar la zona de desembarco,
el museo, etc. Volví al cementerio alemán, que está completamente transformado.
Ahora hay: 19.794
enterramientos todos alemanes, (el más numeroso de los 6 cementerios alemanes
que hay en Normandía) vivienda para el conserje, capilla, sala de estar con una
lista por orden alfabético de varios tomos, batallas de donde proceden, etc.
Hay una
empresa que va recorriendo todos los cementerios alemanes en el extranjero con
el fin de adecentarlos; incluido el español, donde están todos los alemanes
muertos por motivos de guerra en España y sus costas. ¿Dónde creéis que puede
estar el cementerio alemán en España?...Pues, al lado de su Emperador, Carlos
V, cerca de Yuste, donde también está el cementerio italiano.
Aquel verano
hice unos 5.000 km. y volví a casa con más dinero que me llevé.
Ovidio Fuentes
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada