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dimecres, 15 de març del 2017

LAS FLORES. José Luis Porcar

Años ha, muchos años ha, en la década de los 60 del siglo pasado cayó en mis manos un libro de una colección sobre la educación sexual. No recuerdo el título, ni el autor, ni la editorial, sí que creo que se trataba de un texto traducido del francés. De todas formas no se me ha olvidado el impacto que me produjo la lectura de la primera página.


Allí se describía un hecho: resulta que cuando nacemos, venimos a este mundo y al acontecimiento se lo adorna y celebra con un hermoso ramo de flores. Las flores nos acompañan a lo largo del itinerario de nuestra vida y cuando nos entierran, el féretro que va a ser depositado en la tierra, en un nicho, en un panteón familiar o va a ser quemado, va acompañado por coronas de flores.


Hasta aquí todo transcurría según un guión previsible. Y acontece el descubrimiento de un significado patente y que no reparamos en él, no se tiene en cuenta, por más que el referente es de una contundencia ineludible: las flores, pertenecen a las plantas fanerógamas (cuyos gametos son manifiestos), y no son más que sus órganos genitales con el androceo o conjunto de estambres productores del polen (parte masculina de la flor) que fecundará los óvulos que residen en el gineceo o pistilo (parte femenina de la flor). Estos elementos están en un contexto de formas y colores cuya variación y belleza alcanza la infinitud: los pétalos que se abren al amparo de una textura más firme o sépalos. Y esta descripción la recuerdo de cuando la estudiamos en los rudimentos de botánica de los años de la primaria anteriores al Ingreso.


Hagamos una sencilla traslación de nombres y el párrafo segundo lo escribimos tal que así: Allí se describía un hecho: resulta que cuando nacemos, venimos a este mundo y al acontecimiento se lo adorna y celebra con un hermoso ramo de órganos genitales de las plantas. Los órganos genitales de las plantas nos acompañan a lo largo de nuestra vida y cuando nos entierran, el féretro que va a ser depositado en la tierra, en un nicho, en un panteón familiar o va a ser quemado, va a ser acompañado por coronas de órganos genitales.


En un ejercicio sencillo de atención memorística podríamos multiplicar dicha traslación y nos encontraríamos con: Mayo es el mes de los órganos genitales. El ramo de órganos genitales de la boda no lo atrapó nadie. Los órganos genitales del jardín son preciosos…


Vamos que la ‘moraleja’ del ejercicio está a la vista: la sexualidad, genital, la genitalidad, los órganos que conforman la función posibilitadora de la reproducción biológica, sea en el mundo vegetal o en el mundo animal (sin que pretenda un estudio exhaustivo del fenómeno reproductor), tienen un marchamo de entidad, de realidad, empapada de esa vertiente apreciada que llamamos belleza. Y así la llamamos pues despierta un sentimiento de bienestar y de placer de los sentidos (la vista, los aromas, las texturas…). No olvidemos que los sentidos son las ventanas de nuestro pensamiento y de nuestro sentimiento y de nuestros afectos y de nuestros valores y de nuestro espíritu.


Esa primera página del libro fue una revelación y una rebelión contra el oscurantismo que las doctrinas al uso rondaban por mi pensamiento desde muy niño en el contexto del decálogo de Moisés con el subrayado machacón del mandamiento número seis, el sexto. La genitalidad participa de la realidad empírica de la hermosura de las cosas. No es mi pretensión dilucidar la sexualidad genética, ni la genérica, ni la que deviene (en definitiva la elección personal siempre tiene su papel fundamental) consecuente a la libertad de cada ser humano.

Solamente quiero compartir una página que leí a la sazón cuando rondaba mis veinte años y andaba más despistado que un pulpo en una cacharrería. Ciertamente aprendí que las flores constituyen una de las manifestaciones preciosas del don y la experiencia de la vida que en ellas posee una espectacularidad de cine. Bendita genitalidad.
Joseluis Porcar


Satirion o testículos de perro-Orchis morio.


BOTÁNICA OBSCENA


Estas orquídeas reciben su nombre del griego όρχις "orchis", que significa testículo, por la apariencia de los tubérculos subterráneos en algunas especies terrestres..

3 comentaris:

  1. Comentari de JOAN LLOPIS
    A propòsit de l'article “Les flors”:

    1.-El motiu de l’ús de les flors en moments importants de la vida pense jo que és fonamentalment per la sua bellesa en formes i colors, també pel seu significat de vida (primavera, transformació en fruit), però no seria prioritari pel seu caràcter d’òrgan genital, encara que és un aspecte capital en el què ens fa caure l’amic José Luís.
    2.-També és de veres que eixa bellesa està relacionada amb la fecundació, per exemple, l’atració als insectes per a la polinització, etc.
    3.-I, a propòsit, en el regne animal, la naturalesa dota als mascles d’atractius (en el cas del gall, del lleó, del pavo reial, del cerf, etc.) i això pot tindre relació amb la reproducció. Quan de vegades he esmentat esta dotació d’atractius, m’han tatxat de masclista, però responc que és al revés, que pense que la naturalesa ajuda al mascle per a atraure a la femella, que és la reina, la que selecciona, la que decidix, la que ‘talla el bacallar’.
    4.-La pel.lícula del dissabte “La font de les dones” confirma esta teoria: elles són les que decidixen, els mascles estan supeditats.
    5.-L’entrevista en la Sexta a Pau Donés, de Jarabe de Palo, que vaig vore després de la pel.lícula, a part de ser tota ella interessant, va coincidir també en la idea que els homes són insignificants en comparació amb les dones i que com canviaria el món si elles dirigiren.
    JOAN LLOPIS

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    1. RESPOSTA de JOSÉ LUIS PORCAR
      "Joan, efectivament la bellesa enlluerna el fet que hi són genitals els que adornen els fantàstics colors i formes. Hi són els genitals a sota, amb tota la seua força vital.
      JOSÉ LUIS PORCAR
      A veure, que això n'és el que em va colpir aleshores quan vaig llegir aquell llibre d'educació sexual.
      I la finalitat la vaig assimilar absolutament, ja no vaig calificar mai més la genitalitat d'allò brut, d'alló lleig, d'allò fosc, d'allò vinculat a l'antípoda de la bellesa, de l'elegància, de la delicadesa. Va estar molt profitosa la lectura d'eixa pàgina. De les altres no me'n recorde.
      Estic amb tu que regalem flors per la seua bellesa, sí, però, redimonis, no es pot oblidar de cap manera el que hi ha al rerefons, tot i que expresar-ho amb la paraula genitals, oralment o per la escriptura, no queda bé".

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  2. Comentaario de OVIDIO FUENTES
    Puestos a teorizar, os cuento lo que leí hace poco tiempo, respecto de las abejas: llegado el momento, la reina asciende en vuelo nupcial y los machos salen disparados tras ella, pero poco a poco se van agotando y quedando atrás menos uno que al final se aparea

    Que cada cual saque sus propias conclusiones

    OVIDIO FUENTES

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