"Hondo poema, Enrique, el de Saramago enviado por Ovidio, quise enviar un comentario pero parece que no llegó.
Un amigo de Bétera me envia este manifiesto cuya copia te transmito, y aunque parece es voz común, tal vez a algunos les sirva de aldabonazo":
Arsenio
Tras 39 años de reinado, los mismos que Franco, el heredero del Dictador más criminal que ha conocido la historia de los pueblos del estado español, abdica en su hijo Felipe. Dicen que lo hace para salvar una Monarquía hundida en la ciénaga del descrédito y la corrupción que va a ver sentados en el banquillo a la hija del rey, a su yerno y al secretario de las infantas por blanqueo de capitales, delito fiscal y malversación de fondos públicos.
Un rey que inauguró su mandato con las manos chorreando sangre de los últimos fusilados del franquismo el 27 de septiembre de 1975 pretende marcharse dejando – como Franco – todo atado y bien atado para perpetuar la indigna sangre borbónica en la Jefatura del Estado.
Lo más importante es que sepamos que, al igual que su abuelo Alfonso XIII, no se va por voluntad propia sino porque le hemos echado.
Las elecciones al Parlamento Europeo del 25 mayo, al igual que las municipales de 1931, han puesto de manifiesto el hundimiento de las fuerzas políticas PP y PSOE que han apuntalado la Monarquía desde la Transición. Entre los dos han perdido más de cinco millones de votos desde las anteriores europeas y aglutinan a menos del 49% del 45% que participó. Es decir concitan el apoyo de menos del 24% de los electores.
La monumental crisis capitalista que las clases dominantes están utilizando para dinamitar derechos laborales y servicios sociales y que deja a millones de personas – entre ellas a la gran mayoría de la juventud – sin esperanza alguna, ha dejado al descubierto ante la mayoría del pueblo trabajador la podredumbre de la Transición y la traición de quienes la urdieron. Y la monarquía es la clave de bóveda en la que se juntan las oligarquías vencedoras de la guerra civil con los nuevos ricos de las privatizaciones del PSOE y del PP.
Lo que está en juego no es un cambio de bandera, ni siquiera el poder elegir en las urnas la jefatura del estado.
Impedir la coronación de Felipe es avanzar en la construcción del poder del pueblo. Y el pueblo trabajador no acepta ya otra cosa que no sea exigir que la primera prioridad social sea la satisfacción de las necesidades de todas las personas, echando para ello al basurero de la historia a la monarquía y al régimen de la Transición, a la OTAN, al FMI, a la UE, al BCE, y a la Deuda con la que nos sojuzgan.
La clase obrera y el pueblo trabajador están despertando y no van a permitir la perpetuación en la Jefatura del Estado de una familia designada por el mayor asesino de pueblos de la historia, que tiene ella misma las manos manchadas de sangre de luchadores antifascistas y que derrocha lujos insultantes obtenidos saqueando las arcas públicas.
Por ello, la Coordinadora Republicana llama al pueblo de Madrid y al resto de los pueblos del Estado español salir a la calle y ocupar las principales plazas de cada lugar.
¡PAREMOS LA SUCESIÓN!
¡VIVA LA REPÚBLICA!
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