Es
explicable el revuelo que han provocado las palabras del Cardenal publicadas en
los medios de comunicación. Y uno de los motivos del escándalo está basado en su
nombramiento como cardenal por el Papa Francisco, el primero y único que ha hecho
entre los españoles.
Ha
sido una sorpresa y un desengaño para quienes esperamos de este Papa una
renovación profunda de la Iglesia.
A
primera vista parecería que su declaración precipitada es un intento de
apartarse de la postura comprensiva y dialogante del Papa.
Tendrá
alguna explicación, pero resulta difícil conocerla. Si lo que pretendía el Papa es integrarlo en
ese proceso de renovación, su rotunda condena e incomprensión con los débiles,
las mujeres y los homosexuales, es la postura más clara y contraria al empeño
del Papa. La imposición a rajatabla de una ética fundamentada en la llamada
“ley natural” impuesta por Dios, es no comprender al pecador ni dialogar con
los cambios de la modernidad y los progresos de la ciencia. Y sobre todo es
contraria a la actitud de Jesucristo ante esos problemas.
El
nuevo Cardenal impone repito una ética fundamentada en la estricta “LEY
NATURAL” en los tres temas: Homosexualidad, Sexo y Aborto, con lo cual levanta
el muro infranqueable de la dogmática, al que me referí en mis cuatro
artículos, publicados en este mismo BOLETÍN. En ellos advertí mis temores de
que el Papa no consiguiera llevar a cabo sus propósitos.
Vayamos
por partes.
1º.-Homosexualidad dice el Cardenal que:
"Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. La homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque esta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación."
"Con todos los respetos, digo que eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan?
¿Con esas razones se pretende pasar
por alto que la historia aún reciente la homosexualidad ha sido motivo de
persecución, cárcel y marginación social?
Y además su argumento único es nada
menos que el de conocer cual es la voluntad de Dios. Esta vez basándose en una
cita tan lejana y genérica como son las palabras en los primeros capítulos del
Génesis: “a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó “. Pasa por alto los
estudios científicos de la exégesis del Género Literario de esos textos.
2º.- El aborto. Así también del tema del aborto no se puede
pasar por alto, que en él la primera y principal víctima es la mujer. Y no se debería
ni por asomo aconsejar solucionarlo con una legislación penal, en lugar de la
comprensión que tuvo Jesús.
Seamos claros el Cardenal vuelve a
incidir en que es voluntad de Dios no matar la vida del nasciturus, sin más
averiguaciones ni atenuantes. Otra vez el mismo argumento, concederse
autorizado por Dios, usando su nombre para exigir unas leyes penales
indiscriminadas, cual es el asunto en litigio.
Cuando en realidad, tal como ya
hemos dicho en la homosexualidad, las ciencias filosóficas y biológicas del
tema mantienen sus dudas. El tema como dice Adela Cortina, cristiana
catedrática de Ética y miembro de la Real Academia de las Ciencias Morales y
Políticas, en una reciente entrevista:
- “Me gustaría que quedara claro que no es un problema religioso, sino un problema científico, filosófico y legal. Un problema de saber cuándo empezamos a hablar de persona.” Tema que todavía no está resuelto en esos campos.
Sin embargo si es el dogma, si es la voluntad de Dios no cabe ninguna discusión ni estudio. Se trata únicamente de un problema de fe.
3º.- El sexo. Sobre la sexualidad dice el Cardenal: “Tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación.” Una concepción reduccionista que hoy no la defienden las ciencias sociales.
¿Es que no se ha enterado el Cardenal de que a la sexualidad hoy se le conceden otros aspectos humanos muy positivos fisiológicos, psicológicos, incluido el más importante de ellos, el amor?
Hasta la sabiduría popular tiene refranes que expresan la gran estima del sexo sin más. En mi pueblo de las mujeres mayores, que morían solteras, decían: “Que llàstima! ha mort sense tastar la gràcia de Déu” Posiblemente la gente de mi pueblo sabe más de sexualidad que todo un Cardenal.
De todas formas lo que a mí me interesa es descubrir el mismo sofisma que subyace en los tres temas.
En el nombre de Dios se dicta la verdad de la llamada “ley natural” sin necesidad de dudas ni de argumentos. Cito textualmente sus palabras “Todo los demás son deficiencias que hay que atender y que no son el plan de Dios. La Iglesia solo responde a la doctrina de Jesucristo, el resto no es legítimo”.
Es, pues, comprensible que quién se atreve interpretar a Dios, no tenga el menor empacho llevar el agua a su molino
interpretando al Papa, faltaría más.
interpretando al Papa, faltaría más.
Por eso en otro pasaje de sus declaraciones se atreve a afirmar: “Creo que esa es la postura del Papa, lo mismo respecto del matrimonio homosexual o los divorcios. Vamos a estar a su lado, pero la Iglesia no puede cambiar las exigencias de la moral".
Se mantiene el que “somos los únicos intérpretes de Dios” y consecuentemente se cree con poder para descalificar a todos los que no piensan como él. Y además, digo yo, nosotros seríamos quienes traicionamos el sentir del Papa, del que esperamos un cambio revolucionario basado en el Evangelio.
RAMÓN GASCÓ.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada