Revisando trastos y demás
tropiezo con Catecismo Tercer Grado Texto Nacional de 253 páginas con portada y
contraportada de cuadros del Greco cuya utilización se agradece a la dirección
del “Museo del Prado”
En la lección
15. Sexto y séptimo artículo del credo: Vida gloriosa del Señor. Páginas
56-59. Y según el sistema didáctico de preguntas (en negrita) y respuestas
(contundentes). Me salto la 123 y la 124 y copio las cinco siguientes:
“ 125. ¿Qué hace Jesucristo en el
cielo por nosotros?—Jesucristo en el cielo intercede por nosotros ante el
Padre. 126. ¿Cuándo ha de venir Jesucristo a juzgar a los vivos y a los
muertos?—Jesucristo ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, con
toda su gloria y majestad, al fin del mundo. 127. ¿Volverá Jesucristo a
aparecer visiblemente en la tierra?—Jesucristo volverá a aparecer
visiblemente en la tierra al fin del mundo, cuando venga a juzgar a los vivos y
a los muertos. 128. ¿Qué entendemos al decir «juzgar a los vivos y a los
muertos»?—Al decir «juzgar a los vivos y a los muertos», entendemos que
Jesucristo, al fin del mundo, juzgará a todos los hombres, buenos y malos. 129.
¿Sabemos cuándo será el fin del mundo?—No sabemos cuándo será el fin del
mundo, porque Jesucristo no lo reveló. 130. ¿Dónde está ahora Jesucristo?—Jesucristo
está ahora glorioso en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.”
Ahora y aquí
cabe una relectura de las preguntas y respuestas.
A continuación
menester es atender a una batería de cuestiones sobre la gloria y majestad de
Jesucristo en el cielo y su regreso al fin del mundo a juzgar, sobre el cuándo
acontecerá el suceso de la judicatura, y no podía faltar sobre la referencia al
Santísimo…
Y como de
sacramento discurre la pregunta/respuesta 130, pues héteme aquí que en
la lección 45 se inicia el apartado de Los sacramentos. Voy a copiar un
par de párrafos de las páginas 192 y 193:
“El Señor instituyó siete
sacramentos, con los que provee a los distintos momentos y necesidades en que
puede encontrarse nuestra vida sobrenatural.
Nacemos a la vida de la gracia
por el Bautismo, que nos incorpora a Cristo y nos hace hijos de Dios.
Crece y se fortalece nuestra vida
sobrenatural por la Confirmación, que nos da gracia para cumplir nuestros
deberes cristianos, y vencer las dificultades que en el camino del Cielo se nos
presentan.
Si por el pecado perdemos la
gracia, otro sacramento, la Penitencia, es la espiritual medicina que nos
vuelva a dar la vida y la salud espiritual.
Cuando la enfermedad nos pone en
trance de luchar la última batalla para entrar en el cielo, la Extremaunción
nos da fuerzas para vencer en ese grave trance, nos limpia de las reliquias de
nuestros pecados, y puede también ayudarnos, si conviene, a vencer la
enfermedad.
Para la vida social ha
establecido el Señor otros dos sacramentos.
Uno, el Matrimonio, santifica la
unión de los esposos y les da gracia para cumplir sus deberes.
Otro, el Orden Sacerdotal, provee
a la Iglesia de los ministros que necesita para continuar en el mundo la misión
que Cristo le encomendó.
Los sacramentos producen la
gracia por sí mismos, independientemente de la santidad o méritos del ministro,
siempre que éste cumpla el rito y tenga intención de hacer lo que hace la
Iglesia. Por parte del que recibe el sacramento, es preciso que reúna las
debidas condiciones y no ponga obstáculo a la gracia.
Algunos sacramentos dan la gracia
a quien no la tiene, o sea a quien está «muerto» por el pecado; por eso se
llaman sacramentos de «muertos»: tales son el Bautismo y la Penitencia. Los
demás sacramentos aumentan la gracia a quien ya la tiene, y por eso se llaman
de «vivos» tales son la Confirmación, la Eucaristía, la Extremaunción, el Orden
Sacerdotal y el Matrimonio. Quien recibe alguno de estos sacramentos a
sabiendas de que está en pecado mortal, comete un grave sacrilegio, y no recibe
la gracia de Dios.”
El catecismo
está editado en 1962, y por lo tanto condensa unas propuestas que el Concilio
Vaticano II y la renovación bíblica y teológica en sazón arrinconaron porque su
discurso muestra una elucubración, una fantasía de conceptos cuyo contenido y
entramado quedan obsoletos.
Sin embargo y de
ahí que insista en este segundo capítulo de ‘Más de lo mismo’, el catecismo
actual que no tengo ante mi vista, si es que siguen editándose catecismos de la
doctrina cristiana, el catecismo actual, digo, no ha generado actitudes ni
actuaciones que apunten hacia la experiencia vital, hacia las vivencias
personales de quienes seguimos a Jesús. En el templo se continúan ceremoniando
cultos sacramentales invocando la presencia de Jesucristo como portador de la
gracia que nos conducirá al cielo. Liturgias que no nacen de la creatividad
personal o se atienen a la participación libre y responsable de quienes
reconocen a Jesús como un guía, profeta, maestro.
La
sobrenaturaleza, lo sobrenatural es el territorio donde reside la gracia y que
es concedida directamente por Jesucristo-Dios por medio de los sacramentos que
“producen la gracia por sí mismos”. I ‘torna-li la trompa al xic’ el rito es lo
más importante. Un conjunto de ‘rúbricas’ que aseguran la eficacia sacramental. Comenzando con que el
ministro se atavía con la vestidura de un romano. Continuando con que todo está
escrito y en dicho cumplimiento se desarrolla el evento. ¿Dónde la iniciativa
libre de quienes se ajuntan para expresar su fe, para escuchar un escrito, sea
una noticia, sea un poema, sea un texto literario elegido por la sensibilidad o
afición? Ubicado en un templo (parroquial, arciprestal, catedral, capilla
conventual…) verdadera jaula vacía de aliento.
Decía en mi
anterior comentario que por estas fechas, en 1969, ‘el más anciano’… Y en la
memoria no encuentro ningún atisbo de crítica frente a vestir el alba, la
casulla, la estola, la capa pluvial, … y durante los estudios de filosofía y
teología nunca encontré la más mínima duda respecto al hábito talar de riguroso
negro correspondiente a mi ‘regla’ de ‘vida religiosa’. Me pregunto en plan
clásico (lo poco que aprendí a la sazón): quam gentium sumus?... quam
raepublicam habemus? (no acierto a colocar las formas pretéritas del ‘sum’ y el
‘habeo’ y me da pereza consultar el google). ‘Oseasé’, ¿dónde tenía la cabeza o
qué artefactos la amueblaban al punto de mantenerme en la Babia sobrenatural?
Hasta esa singular constatación incido con la sensatez que ahora me lleva a
denunciar, no de manera inquisitorial pero sí desde la sencillez y la
honestidad que alcanzo, el hecho de que ‘la sobrenaturaleza’ constituye un mapa
en que se diluye la vida, y por lo tanto no tiene sentido, solamente se
mantiene como un recorrido de museo que por fin ha quedado atrás para muchos, y
que continúa vigente para la institución eclesial.
Como dato
curioso, no sé si lo estudié en su día, pero no me acordaba para nada de esa
distinción de sacramentos de «muertos» y sacramentos de «vivos», y vaya
retranca/‘telamarinera’. ¡Ah! y que “no sabemos cuándo será el fin del mundo”…
ahí queda eso. Los vivos y los muertos pertenecen al ‘piso de arriba’, en
cambio este mundo y su final son del ‘entresuelo’.
I
‘mentrimentres’ sempre ens empenta acudir a l’esmorzar del Trinquet Pelai.
Joseluis Porcar
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada