A vueltas y revueltas con la clase de religión en la escuela pública.
(Este artículo ha sido publicado en Iviva.- ADG-N SL el 22 de abril)
Debo advertir que la perspectiva desde la que enfoco este
vidrioso tema es después de haber ejercido como profesor de religión durante
más de quince años en dos Institutos de Bachillerato de Valencia, otros dos
años de teología en Seminario de Valencia, y dos en “Estela”, escuela de
Teología para laicos de los Jesuitas y Coordinador Diocesano de los profesores
de religión, así como que, en colaboración de un grupo de ellos, edité once
libros de texto aprobados por la Conferencia Episcopal.
Con ello no quiero arrogarme ninguna autoridad en la
cuestión, sino situar la perspectiva desde la que hago mis reflexiones. Es
decir que no hablo solamente desde teorías más o menos razonadas, sino desde
una larga experiencia, contrastada durante años en largas conversaciones con
profesores de centros privados y públicos.
Soy consciente de la gran importancia del tema, porque en
la escuela pública se libran las mismas o parecidas batallas apasionadas que en
el conjunto de la sociedad civil.
Un dato muy significativo es que han pasado más de
treinta años y se mantienen los problemas y los posicionamientos ante el
problema inalterables. Por eso veo muy difícil su solución. Pero para eso está
Sísifo, por lo menos.
La enseñanza de la religión vuelve a ser motivo de
debate. Es la señal de que no se ha resuelto bien el paso de la escuela
nacional-católica a una escuela laica o aconfesional, como la que propicia la
Constitución. Cuando un problema se enquista se busca la salida rápida que
no es posible alcanzar. Y...
Ahí se enfrentan los dos extremos del fanatismo sobre la
religión, los unos exigiendo la desaparición y hasta la extinción y los otros
reclamando su presencia como si con ello se defendiera la verdad absoluta de la
fe religiosa, con la pretensión de cumplir la voluntad de Dios y enclaustrar a
todos en la Iglesia, para lograr la salvación de sus almas.
Lo primero que debo advertir es que, como en otras
cuestiones simplificar es una forma de confundir, porque la realidad es muy compleja
y a veces incluso contradictoria. García Montero en comentario a las recientes
elecciones andaluzas da un consejo de sentido común. (”Hay otra decisión muy
útil en tiempos de incertidumbre: el esfuerzo de comprender y respetar las
apuestas de los otros que van en el mismo barco).
La presencia de la fe religiosa en la sociedad, y no sólo
en la escuela, es un ejemplo claro y clarificador de ello.
Esta es la razón por la que discrepo del manifiesto de
las CCP (Comunidades Cristianas Populares) de Andalucía: “Rechazamos
rotundamente la enseñanza de cualquier religión en Primaria o en Secundaria.
Más en concreto, lamentamos muy seriamente la confusión que se crea entre la
iniciación a la experiencia cristiana, que por su misma naturaleza no es
evaluable, y una asignatura concreta que debe ser evaluada. Este es el sentido
de una sana “laicidad” que compartimos muchos cristianos y cristianas. “
Otros por el contrario ven justificada la presencia de la
religión en todos los ámbitos de la cultura, de la política, de la legislación,
de la enseñanza, de la familia y por supuesto en los terrenos de la intimidad
de la conciencia personal.
Es el caso de la declaración de la Conferencia
Episcopal que en coincidencia con la nueva ley de enseñanza. LA LOMCE pretende
entrar en la escuela a catequizar, cuyas intenciones han
dejado manifiestas en el B.O.E. del pasado 24 febrero. Basta trascribir unas
pocas frases del documento.
--“Conoce, respeta y cuida la obra creada.
-- Expresa con palabras propias el asombro por lo que
Dios hace.
-- Identifica y enumera los cuidados que recibe en su
vida como don de Dios.
-- Conoce y aprecia a través de modelos bíblicos que el
hombre es capaz de hablar con Dios.
-- Asocia las características de la familia de la
Iglesia con las de su familia.
-- Expresa el respeto al templo como lugar sagrado.
-- Valora y agradece que Dios le ha creado para ser
feliz.”
Pretensiones estas que son enfáticamente catequizantes
porque se pretende imponer la religión en temas como: la creación, la oración,
la familia, la felicidad incluso.
En el otro extremo en cambio se reivindica la supresión
de la religión en todo el espacio público reduciéndolo al terreno estricto del
fondo de la conciencia. Quieren una sociedad laica, incluso prohibiendo toda
acción o manifestación pública y su único argumento es que la religión es un
medio para deteriorar de la libertad.
Es bien curioso que por otras razones coincidan con las
CCP DE ANDALUCÍA.
Yo veo en ambos extremos un empeño absurdo por ilusorio y
a veces interesado, tanto pretender separar el uno del otro, como lo es
confundirlos. Cada uno tiene su independencia pero con mutuas e inevitables
implicaciones en las que el laicismo y la religión deberían ser intermediarios,
cuando en realidad han sido beligerantes é incluso avasalladores. No sólo
defienden su territorio, además pretenden invadir el otro.
Ambos debieran luchar por el mismo objetivo, la
convivencia en paz.
Hay un agravante; me refiero a la historia de España
donde esta lucha y confusión se ha vivido desde hace siglos respecto a la
presencia de la religión en la escuela pública.
Podríamos decir que ya es un mal endémico, enquistado en
nuestra historia. Me parece peligroso confundir por simplificación, y fanatismo
de ambos campos. Los dos extremos: tanto la exigencia de una escuela atea sin
religión y una sociedad sin ella, o lo que es peor una religión avasalladora de
la libertad de conciencia.
Además veo que hasta cierto punto es imposible realizar dicha
separación o la imposición de alguna de las dos, sin caer en la violencia.
No conviene a nadie en España olvidar nuestra terrible
experiencia de la Guerra Civil del siglo pasado en la que ambos
se repartieron los crímenes y las víctimas.
Por eso estoy convencido de que nos jugamos demasiado con
la usanza de cualquiera de esos fanatismos en la Escuela Pública. Un
somero repaso a la historia de la relación entre ambas evidencia que entre
ellas ha habido solamente dos formas; una de incomprensión, hasta llegar a los
conflictos bélicos y la otra de colaboración pacífica y provechosa. Y no vale
echar las culpas los unos a los otros, tal como continúan haciéndolo muchos.
PROPOSICIONES PARA UNA PROGRAMACIÓN DE LA ASIGNATURA
RELIGIÓN EN ESCUELA PÚBLICA.
El grupo de profesores de religión, que trabajamos en
equipo aquellos años difíciles de la transición, comprobamos que no sólo era
posible, sino además daba frutos duraderos nuestra labor en los Institutos y
Colegios de Valencia.
No es casualidad que nuestras propuestas, tanto en las
clases como en los libros de texto, no fueron de confrontación y anatema, sino
de humanización, apoyándonos y sin alejarnos nada de los valores esenciales del
Evangelio.
Desde el principio tuvimos muy claro la diferencia entre evangelizar
y catequizar.
Esta diferencia nos esclareció mucho las cosas.
En la escuela como en todas partes es ineludible
Evangelizar y en la escuela publica es inadecuado, catequizar.
No hace falta explicar su diferencia. En pocas palabras
evangelizar es sembrar y catequizar es cultivar para lograr fruto de fiel
adhesión. Está claro que en espacio público tiene sentido evangelizar,
que consiste en manifestar, explicar y a lo máximo proponer, sin otras
exigencias que el rigor científico, la trasmisión de contenidos por parte del
docente y su exacta comprensión por parte del alumno.
Es cuanto menos curioso, si no contradictorio que, sea la
propia Conferencia Episcopal, en otro apartado del mismo documento, quién
afirme que es improcedente catequizar en la escuela
pública. Dice así:
“Lejos de una finalidad catequética o de adoctrinamiento, la
enseñanza de la religión católica ilustra a los estudiantes sobre la identidad
del cristianismo y la vida cristiana”.
Sin embargo no veo nada claro el trabajo de la
evaluación de esta asignatura., como todas las demás. Reconozco
que es llevar a cabo una labor difícil pero imprescindible y que sería
equivocarse de medio a medio eliminarla.
Habría que estudiar la forma para que su ejecución
mantuviera las exigencias y el rigor de de las otras materias, pero evitando
cualquier forma de ambigüedad que indujera a condicionar el asentimiento, como
tampoco penalizar el rechazo de fe personal del alumno.
En este tema el profesor está obligado a mantener un
equilibrio hasta cierto punto imposible. Debe esmerarse en presentar con todo
rigor los conceptos de la doctrina evaluable, sin el objetivo de convencer ni
lo que se dice “adoctrinar”.
La verdad adelgaza y no quiebra. Y en este caso se deben
tener las ideas muy claras. El profesor no tiene por qué esconder ni disimular
su fe personal ni sus convencimientos hasta el límite del apasionamiento. La
objetividad no está reñida con la convicción personal, si se acepta sin
sectarismo ni intolerancia. Se puede hacer guardando un difícil pero, no
imposible, equilibrio.
Reconozco pues que este es el punto más delicado y
peliagudo: el ejercicio de la evaluación del
aprendizaje del alumno.
Mi opinión personal es que en esta tarea el docente debe
tener un doble empeño: no sobreestimar el grado de adhesión por la fe del
alumno, ni menos aún descalificar cualquier forma de rechazo de duda o crítica
sobre la religión por parte del alumno.
Especialmente la crítica razonada de la fundamentación
racional de la doctrina religiosa. Aquí tiene el profesor una oportunidad
magnífica para aclarar el papel determinante y esencial del ejercicio de la
libertad respecto a la fe.
En todo caso el mejor camino es la buena y cordial
relación personal entre profesor y alumno. Es el camino por el que nunca se
anda descaminado ni en los temas más delicados.
Para terminar intentaré resumir en cinco cuestiones, como
ejes entorno a los debe girar todo el curriculum de la asignatura de Religión.
No pretendo tanto hacer un acopio ó índice de contenidos, cuanto enfatizar en
las raíces del cristianismo. Dicho de otra forma pretendo señalar los caminos a
recorrer y en la dirección adecuada.
Esta clasificación la realizo seleccionando aquellos
temas del cristianismo con los que se favorece la transversalidad uno
de los medios más importantes de la pedagogía para formación integral.
Veamos.-
1º.- El ecumenismo como el amplio marco
de fondo. Un planteamiento integrado en un mundo globalizado es hoy inevitable
y la única perspectiva razonable. Cualquier planteamiento encerrado en una
capilla sería fomentar el fanatismo. Es necesario afrontar una cuestión peliaguda,
relacionar las verdades de nuestra fe, que se dice “la verdadera”, con las
otras religiones del mundo. La información fácil y amplia de la actualidad
a través de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación así lo imponen
de forma irreversible. Querer cerrar o mejor tapar los ojos ante lo evidente es
una empresa imposible y contraproducente.
2º.-.- El estudio de la Sagrada Escritura y
su difícil interpretación cimentada en la aplicación de los métodos
histórico-críticos para la interpretación de los documentos antiguos del A.T. y
N.T.
Se ha dicho, y yo así también lo creo, que todo el
movimiento de renovación del Concilio Vaticano II tiene su origen en el año
1943 con la publicación de la Encíclica publicada por Pio XII “Divino
afflante Spiritu.”. Era la aplicación del método científico para conocer el
objeto principal de la fe, los Libros Sagrados.
Con ello comenzó la primera
revolución en el seno de la Iglesia.
De esa materia es
precisamente de la que yo dí clases de Teología, hasta que, no sé por que
causa, la suprimieron.
3º.-La historia, no la
que podríamos llamar “historia sagrada” enclaustrada en lo religioso, como uno
relato desglosado e independiente, sino por el contrario integrado en el
devenir de la humanidad.
La esencia del cristianismo no es un sistema teórico de
axiomas, ni un código de legislaciones, sino una historia: La del Pueblo de
Israel, la de Jesús de Nazaret y la de la Iglesia. La teología
de Ignacio Ellacuría, rector de la UCA Universidad del Salvador
centra el objeto de estudio de la teología, como lo hace toda la Teología de la
Liberación en hechos históricos.
Consecuentemente más que una asignatura teórica como la
filosofía o el derecho, lo es de historia real.
4º.- Un personaje singular: Jesucristo en
su tiempo y luego en la Iglesia. Él es el fundamento de todo. Él es
el lugar de encuentro y el esclarecimiento de todas las cosas.
La esencia del
Cristianismo para la teología europea, después de decenas de años y miles de
estudios, es EL KERIGMA, i.e la “Proclamación de la historia de la muerte y
resurrección de Jesús”.
No sólo como anécdota es curioso que los once títulos de
nuestros libros de texto de religión para el B.U.P. incluyeran el nombre de
Jesús. Ahora, viéndolo a distancia de los años creo que fue un acierto.
El primero de ellos fue: JESÚS, EL ÚLTIMO HOMBRE. Y el
último: JESÚS, UN HOMBRE SINGULAR.
5º.-Y por último, cultivar un clima de tolerancia
antes que de polémica y confrontación con la sociedad y con las otras
religiones e ideologías, especialmente el ateismo-agnosticismo.
Me parece que en este como en muchos otros temas el Papa
Francisco ha dado en el clavo en la frase que transcribo. “Algunas
de las mejores personas en la historia no creían en Dios, mientras que muchos
de los peores actos se hicieron en su nombre”.
¿Se puede decir más con menos
palabras?
Em semblaria -potser- correcte que es donara història, sociologia, història o antropologia de les religions a l'escola, instituts i universitats, de manera optativa, però no impartida pel professorat d'una determinada secta o església, sinó funcionaris de l'estat, amb estudis i oposicions, com la resta de professorat, sense que depenga d'una jerarquia cavernària i reaccionaria que decideix quins són idonis i quins no, segons la seua absoluta fanàtica voluntat catequitzadora i una ideologia nacional-catòlica d'extrema dreta. Si no preferisc la proposta dels de les Comunitats d'Andalusia de rebutjar la presència de la religió a l'escola perquè no és sinó una manera d'imposar el poder clerical a la societat i mantenir la confessionalitat del nacionalcatolicisme des de la dictadura feixista de Franco fins avui dia.
ResponEliminaLamento qu´aquest comentari vinga anonim i dificulte aixi l' adhesió de expresio personal mutua. Pero dit estó no tinc ningun inconvinent en compartir lo que en ell s' exposa. encara que fent algunes puntualitzacións.
Elimina1.- La religio es una dimensió eminentment lliure per a tothom dotat de racionalitat i llibertad per un motiu fonamental e ineludible: De Deu res racionalment es pot saber perque ni es deixa vore, ni es deixa escoltar amb certeza probada centificament.
L'unic recurs a ell es mijansat l'acte lliure de fe per al qu' estem capacitats raonable i lliurement, (no hi ha impedimente desde el absurt), pero no obligats.
2.- De lo anterior es deduix que es la propia persona la que te que permaneixer permanentment en situacio d´actuar respecte del coneiximent y adherencia religosos amb total, propia i lliure decicio.
Si les cencies tenen valor de realitzacio humana propis de la racionabilitad lliure y responsable de la identitad humana, no es el cas de la religio, que de tal modo ha de ser una opció lliure, que no pot al mteix temps ser una actitud indispensable.
Els pares, en tot cas i conreant la posibilitat de llibertad responsable dels fills, poden i deuen informar, sobre tot desde la propia valoratcio testimonial, de que lo relijos está ahí, com oferta bona per a la vida.
3.- Dit astó, queda que la familia i la comunitat creient, poden oferir informació i valoració del aspecte vital relijos per a un posible acte lliure i responsable de aghesió.
I asto fonamentalment com ANUNCI DE LA BONA NOTICIA DEL TESTIMONI I MENSATJE DE JESÚS i consecuentment, com saber catequetic rel-lijos i eclesial.
L´ estructura oficial de la Ensenyanza, socialment obligatoria per responsabilitat subsidiaria del desvolupament personal ciutada. te que quedar al marge de cuansevol intromisió relijosa, que no siga com una informatsio no obligatoria com asignatura opcional de coneiximents generals. Antonio Vicedo.
...creo que es preferible que las catequesis se realicen en los "locales" de cada confesión religiosa, se evitaría que algunos se sintieran excluidos o tergivesado su credo por los profesores que no podriamos pretender que tuviern conocimientos enciclopédicos y una exquisita objetividad ... en las escuelas educar en valores cívicos de solidaridad y sobre todo interiorizar que todo lo público es a la vez un bien común y propio que se debe respetar y defender...la solidaridad y el respeto por los demás, encierra la esencia del mensaje de Jesús, cada día tengo más sospechas que todo el desarrollo teólógico de su pensamiento no ha sido más que un camino elitista que ha dificultado la comprensión, cuando no ocultado, del mensaje de Jesús a la mayoría de las personas.
ResponEliminajosé luis torner cabrera
Según puedo entender el comentario anónimo me parece perfecto y si algo añadiría yo es recalcar el efecto de estulticia, que las religiones, supercherías, miedos, sobre ignorancia del ignoramus et ignorabimus, amalgaman día tras día sobre el pueblo llano y el no tan llano con el añadido gravamen de explotarnos y no darnos ninguna respuesta a nuestros temores.
ResponElimina