“No queremos obispos trepas” (francisco Asensi)

 

En resumidas cuentas, eso es lo que significa volentes nolumus.

Y eso es lo que de modo diplomático pero no menos tajante ha pedido el papa Francisco a los nuncios de todo el mundo, reunidos en Roma, al darles las normas para nombramientos de obispos. Como es sobradamente conocido, los nuncios son los que de forma determinante intervienen (mangonean) en los nombramientos episcopales.

"Estad atentos a que los candidatos a Obispos sean pastores cercanos a la gente, padres y hermanos, que sean amables, pacientes y misericordiosos. Que amen la pobreza, tanto la interior como libertad para el Señor como la exterior que es sencillez y austeridad de vida, que no tengan una psicología de príncipes".

"Estad atentos a que no sean ambiciosos, a que no busquen el episcopado - volentes nolumus- y a que sean esposos de una Iglesia, sin estar constantemente buscando otra…

Como podemos deducir (y así lo han interpretado no pocos vaticanistas), las palabras del papa son normas a tener muy en cuenta en los nombramientos de obispos y un claro aviso para navegantes.

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En España hay cambios inminentes a la vista. Al parecer, Roma ya ha aceptado la dimisión preceptiva que había presentado el cardenal Rouco Varela. Esperaba que, como había sucedido hasta ahora, le mantuviesen al frente del arzobispado de Madrid y de la Conferencia Episcopal. Pero parece que no va a ser así. El tiempo del “gran Cardenal” y el de Martínez Camino, su arrogante escudero, ya pasaron. Se dan por amortizados. Juan Pablo II y Benedicto XVI, sus valedores, también pasaron… En Roma soplan nuevos vientos (en todo caso, más frescos, menos rancios), bien distintos a los que, hasta hace bien poco, hinchaban las velas del “gran Cardenal”. Según publicaban estos días algunos medios, haciéndose eco de lo que se murmura en corrillos episcopales, Rouco Varela simpatizaba poco con la persona y el talante del papa Francisco y menos aún con el rumbo que está marcando a la Iglesia. Tan es así que, en la reciente conferencia que Rouco ha dado en un hotel de Madrid, ante relevantes personalidades políticas y eclesiásticas, no se ha referido ni citado al papa Francisco. Cosa que sorprendente en un obispo español, acostumbrado a plagar de citas papales cualquier discurso, por breve e insignificante que sea.  ¿Enfado? ¿Resentimiento? Él se lo sabrá; pero algunos de los presentes en dicho acto así lo han interpretado.

Ante los cambios inminentes que se van a dar en diócesis importantes de España (Madrid, Barcelona y otras), esperamos que se tengan en cuenta las directrices del papa.

francisco asensi

http://franciscoasensi.blogspot.com