EL PAPA FRANCISCO.- Ramón Gascó

 

Yo también quiero echar mi cuarto a espadas.

Después de haber pasado el remolino y la polvareda de opiniones que ha despertado la elección del nuevo Papa Francisco, yo también he caído en la tentación de participar.

Es decir, no dar una opinión más sobre el nuevo Papa, sino sobre algunas de las opiniones que se han hecho sobre él. En concreto me referiré a las más cercanas, escritas por mi amigo Paco Asensi y publicadas en su blog y luego en nuestra revista NIHIL OBSTAT.

No hace falta que manifieste no sólo mi afecto, sino también mis coincidencias y simpatía con su forma de pensar.

Respecto del primer comentario con el título muy expresivo y aclarador JESÚS ES UN BIEN DE TODA LA HUMANIDAD, coincido y me reafirmo en dicha FRASE. Además la considero muy afortunada.

En cambio me niego a colaborar con las voces, que empiezan a sospechar de la autenticidad del giro copernicano que Francisco quiere dar a la Iglesia.

Vayamos por partes.

Una de las primeras frases que se ha atribuido al nuevo Papa es: “extra Eclesia nulla es salus”. Yo no conozco el contexto en que la usó y prefiero interpretarla a la luz de la expresión del mismo Jesús citada por Paco Asensi de San Mateo, cuando corrige a sus discípulos “Quién no está contra mí está conmigo.” Yo, por lo menos, no tengo motivos para pensar otra cosa. Sin embargo sí tengo por bien seguro, que otra interpretación anti-ecuménica resultaría no sólo inoportuna sino escandalosa. Además Paco Asensi lo deja bien claro en el mismo título. “JESÚS ES UN BIEN DE TODA LA HUMANIDAD.”  Jesús no puede ser propiedad de ningún grupo ni Iglesia en exclusivo.

Por otra parte sospecho que citas del Papa, sacadas de contexto, buscan apoyar una campaña de desprestigio y yo no tengo ningún interés por engrandecer esas sospechas.

Igualmente recelo del otro escrito. “A propósito del presunto exorcismo del papa Francisco.”

Teniendo en cuenta las circunstancias de la anécdota en la Plaza de San Pedro, me parecen más creíbles las palabras de portavoz P. Lombardi, negando que hubiera ningún exorcismo.

Sí en cambio coincido por completo en denunciar el esperpento, que supone la iniciativa del Cardenal Rouco de nombrar y preparar a ocho exorcistas especializados para la epidemia de posibles endemoniados en su diócesis de Madrid, tal como se ha publicado en los medios de comunicación, con fotografía incluida de los clérigos elegidos.

 

Creo muy oportuno el comentario de P. Asensi: “Si en pleno siglo XXI andamos con éstas… ¡Menuda le ha caído al papa Francisco!” 

      Efectivamente, yo también tengo mis temores sobre el fracaso de la empresa del nuevo Papa, enfentrándose al gran poder y el fuerte asentamiento de la Iglesia Vaticana.

      Me resulta imposible pasar por alto el absolutismo, que desde siglos ha echado sus raíces en ella y que posee una reciedumbre imposible de calcular. Basta tener en cuenta el tesón con el que, mediando el paso de los siglos, la Iglesia fue amortizando no sólo la memoria de S. Francisco, sino también el espíritu de sus primeros discípulos. 

 

       Sin embargo es igualmente cierto y no podemos desestimar la otra cara de la Iglesia, la que aguanta y resiste miles de años encarnada en el sufrimiento de los humildes y de los pobres. Con ella sí que se estrellarán todos los poderes. Porque en ella pervive el recuerdo de las palabras y la vida de Jesús y en ella se han acrisolado. Si no otra Iglesia, sí es la cara opuesta que tiene su presencia garantizada y por eso mismo, ¿Qué duda cabe? me reafirmo en que la empresa del nuevo Papa, cuenta con su apoyo garantizado.

      De todas formas no me atrevo a pronosticar el final de esta lucha desigual, que el mismo Papa ha declarado.

      El primero de sus beneficios ya está conseguido, al plantear con todo descaro esta disyuntiva.

      Los pronósticos están divididos. Los ha habido a favor como: Leonardo Boff, Ximo García Roca, Antonio Duato etc. Los ha habido mezclando dudas y esperanzas como Han Küng. Y los ha habido también negativos. Sé por ejemplo el de un eminente eclesiástico de nuestra diócesis, que ha pretendido descalificarlo así: simplemente diciendo que es un Perdedor. Para mí es una torpeza, simplemente porque nuestra fe está basada en Jesús, un perdedor crucificado.

     Resumiendo: No cabe duda que la Iglesia Católica tiene dos caras y que han pervivido en todas las épocas de su milenaria historia.

     Y nadie me negará, que el Papa Francisco ha traído aire fresco a ella, con su alineación contundente en esta cara de la Iglesia de y para los pobres. Es decir de los perdedores.

     Hasta cierto punto, yo lo resumo así, se ha puesto de manifiesto que hay lucha secular entre las dos caras de la Iglesia.

     De alguna manera podríamos asemejarla a la teoría de Las Dos Ciudades de San Agustín.

    Estoy seguro de que P. Asensi está conmigo enrolado con los últimos porque aún reconociendo que el Papa sólo ha hecho hasta ahora gestos simbólicos, sin embargo y tal como dice X. García Roca, el mundo simbólico es esencial para la religión.

                                                                                     Ramón Gascó.