RESPONSABILIDAD

Los artículos firmados expresan exclusivamente la opinión de sus autores.

divendres, 2 de desembre del 2016

40 AÑOS, UNA VIDA. Antonio Roig Roselló.

Releer un libro, lejos de ser un entretenimiento superfluo puede constituir un ejercicio altamente útil además de proporcionarnos hitos y señales de nuestra trayectoria vital. Ocurre que textos que nos emocionaron, hoy se lean con una media sonrisa o incluso se nos caigan de las manos. También podría pasar que autores que un día elegimos como maestros a la sazón nos muestren un perfil más sospechoso. Releer, pues, esos textos o volver a esos autores es encontrarnos a nosotros mismos en nuestro recorrido existencial y quizá descubrirnos en esa faceta ingenua donde tan frágiles éramos, tan "manipulables", tan propensos a tomar el árbol por el bosque, tan acalorados en el todo o nada, tan definitivos en el blanco y negro, tan renuentes a los grises.
Pongo algunos ejemplos:
Ahí está Bernard Häring y su muy citado, entonces, tratado "La ley de Cristo" (Editorial Herder, Barcelona 1961). En el apartado "perversiones sexuales" señala:


"La homosexualidad es una de las depravaciones sexuales más comunes, y de las que afirma San Pablo (Rom 1, 24 ss) que es uno de los castigos que muestran la perversidad de la idolatría. Los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrasaron en la concupiscencia de unos por otros, los varones por los varones etc"...


Y añade Häring:

"La homosexualidad es frecuentemente efecto de la completa degeneración sexual. POR ESO HAY QUE OPONERSE A LOS ESFUERZOS DE LOS HOMOSEXUALES POR EXIMIRSE DEL CASTIGO, SOBRE TODO CUANDO PRETENDEN PROBAR QUE SU VICIO ES UNA APETENCIA NATURAL".
(Las mayúsculas son mías aquí y en las citas que siguen).

Leído el texto en un momento de normalización democrática -yo lo hice en una Mesa Redonda en Rivas Vaciamadrid el 9 de junio de 2005 en el contexto de la Ley de Matrimonios Homosexuales y II Jornadas sobre Diversidad Sexual- demuestra hasta qué punto los pretendidos maestros ignoraban la rebelión sexual que, inaplazable e impetuosa, se estaba gestando detro de la sociedad. Vergüenza para ellos que no supieron verlo.

Más aún: Lo que me llama la atención en la postura de Häring es que haga coincidir en una moral que se ampara en el "yugo suave y carga ligera" de Cristo la alusión a los castigos. No menciona los castigos, pero las espaldas de los homosexuales los conocen todos: desde las cámaras de gas, pasando por las prisiones reeducativas y reformadoras del Régimen Franquista, hasta el ostracismo y muerte social de aquellos cuyo delito era apartarse de la norma común y expresarse con otra forma de amor que hace a la sociedad más rica y diversa.

Häring publicó su Moral a las puertas de la celebración del Concilio Vaticano II (1962-1965). Terminado el Concilio nos llegó de Holanda aquel Catecismo que nos deslumbró a todos (o casi todos). Merece recordar lo que de la homosexualidad (para mí -y asumo que alguien lo considere banal- es la prueba del algodón, de ahí que frecuentemente recurra a ese tipo de apartados) dice:

"La homosexualidad es de origen desconocido". Qué perla.

Y luego:

"El homosexual se encontrará siempre, en última instancia, con el hecho de que lo sexual en el hombre no tiene su complemento NATURAL sino en el otro sexo (LO CUAL ESTÁ PATENTE EN EL ASPECTO FÍSICO). Quien reconozca en sí mismo la existencia de tendencias homosexuales, debe consultar a un médico, sacerdote o con una persona prudente y entendida. Es de esperar que entonces comprenda que la grandeza de una vida humana está en dar y recibir" (Catecismo Holandés, Barcelona, Herder 1969).

Cuando llego al final del párrafo, a partir de "Es de esperar..." es como si en la taza de café que me sirven alguien hubiera vaciado tres cucharas soperas de azúcar.

Yo, sacerdote ordenado en 1963, me nutrí de ese humus: "Por algún tiempo acepté la idea de que los homosexuales éramos unos enfermos y miraba con reconocimiento a quienes nos hacían objeto de su compasión" (Todos los Parques no son un Paraíso, pg. 96, Editorial Planeta).




Pero cuando regresé de mi exclaustración/exilio de Londres (1972-1975) ya había cambiado y escribiría:

"La sociedad nunca será justa hasta que no llegue a admitir públicamente LA BONDAD RADICAL DE ESTA FORMA DE SEXUALIDAD" (Mismo libro, pág. 97).

Reír. Pensar.

Me hace reír que una palabra que me intrigaba y cuyo significado -el del "ambiente"- no lograba fijar ni calibrar se explique en Google con una referencia a "Todos los Parques" y a su autor. Se trata de "cancaneo" que se hace derivar de la palabra latina "canis" y que se define como practicar sexo en lugares abiertos o parques. "Como los perros", aclara el libro de Lily Shangay.

Me hace pensar que hoy día si en tu escrito o plática no mencionas al Papa Francisco a tu escrito le falta un condimento para los paladares a la moda. Así que voy a terminar con una referencia a Francisco. Tendré que ser vago porque la noticia me ha llegado casi desnuda, sin contexto, quizá como una respuesta a una pregunta impertinente de los periodistas.

-¡Papa Francisco!- le espetó alguien-, ¿Qué piensa Su Santidad de los homosexuales?

-¿Y quién soy yo para juzgar a los homosexuales?-dicen que respondió.

La repuesta tiene el aire de las salidas del Papa Argentino así que, como los italianos señalan: "Si non è vero è ben trovato".

Mi reflexión podría acabar aquí pero voy a guiarme por aquel grafito de mayo del 68 -"Sé relalista, pide lo imposible"- y rogarle a Francisco que haga algo más.

Que elimine del Catecismo de la Iglesia Católica, aquel que promulgó en 1992 Juan Pablo II, la afirmación (Castidad y Homosexualidad, nº 2357):

"Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados.

"Son contrarios a la ley natural

"Cierran el acto sexual al don de la vida.

"No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual.

"NO PUEDEN RECIBIR APROBACIÓN EN NINGÚN CASO".

Si tras el Vaticano II se pudo eliminar de las Solemnes Plegarias del Viernes Santo aquella referencia (¡Y en forma de oración!) a los pérfidos judíos,

Hoy se puede estructurar un nuevo lenguaje para hablar de y con los homosexuales. Un lenguaje que podría comenzar así:

No sabíamos de vosotros. Y no sabíamos porque no queríamos saber.

Estabais ahí. Estabais incluso entre nosotros, pero no queríamos miraros ni escucharos.

Perdón por nuestro silencio.

Perdón por nuestra palabrería y condenas.

Venid a Casa. ¡Ya!


Epílogo

"Todos los Parques no son un Paraíso" se presentó al Primer Planeta sin Franco, quedando entre los 19 finalistas la noche del 15 de octubre de 1976.

40 años, una vida.

Se publicó casi un año después, septiembre de 1977. Alcanzó 9 ediciones.


Valencia, jueves 1 de diciembre de 2016

Antonio Roig Roselló 


2 comentaris:

  1. ¡Qué bueno, Antonio!
    ¡Cómo te agradezco este escrito!
    Tienes toda la razón. Yo fui un lector entusiasta de Häring. Porque tánto él como su escuela iniciaban en el final de los años cincuenta una teología moral personalista, que partía de las situaciones reales y del bien de la persona, no de la obediencia a una supuesta ley. Ya sabes que fueron condenados (tanto algunos moralistas de la escuela como el catecismo holandés) por seguir una "moral de situación". Me imaginaba que en textos de hace cuarenta años habrían agujeros negros como los que has citado. Pero se había iniciado el camino del desmontaje escolástico.
    Ya sabes cómo he estimado siempre tu circunstancia y cómo me alegré cuando por fin te liberaste del gran fardo, imposible de llevar, que te cargaron los fariseos de turno.
    Hoy seguimos con necesidad de liberarnos cada día de fardos tradicionales.
    ¿Me permites que reproduzca ese tu artículo en ATRIO para que llegue a más gente? Envíame una foto tuya a antonio.duato@atrio.org.

    ResponElimina
  2. I tant que hem hagut de tragar-nos "forats negres" en la doctrina de l'esglesia. Els que fan referència a la llibertat sexual potser siga (tot i ser important) el més suau. N'hi han tants d'altres que encara es callen... tot i que no és el meu problema. Perfecte l'article d'Antonio Roig, gràcies per l'esforç i incomoditat que hauràs hagut de fer i patir a traves de la teva vida i benvingut siga la teva actitud de mostrar-nos una societat normalitzada independentment de creneces (o no) religioses.

    ResponElimina