Pre-posiciones:ante, a través
de, cabe, con, dentro, en torno a NAZARÍN, película de Buñuel que en 1959
obtiene el Gran Premio Internacional de Cannes, nos hemos citado en la
tarde del lunes 18 de febrero.
Sustantivos:
Profesionalidad: manifiesta y
trabajada en la introducción de la figura y la obra de Luis Buñuel como artista
y creador de cine, incansable, contundente, explorador…
El supuesto retrato de Luis Buñuel, realizado por Salvador Dalí, http://www.larazon.es/detalle_hemeroteca/noticias/LA_RAZON_417865/1998-es-el-retrato-de-luis-bunuel
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La profesionalidad de José María Monzó confirmada en los registros del diálogo posterior donde se cruzan y apuntan las secuencias, los sonidos, las voces y palabras, la plástica austera, poética y eficaz con que acontecen la imágenes de Nazarín.
Asistencia: los estoy
viendo a todos, sus rostros, el tamaño de su nariz, el timbre de su voz, el
contacto cálido y cordial. Estábamos la mitad de las tribus de Israel más una.[1]
La secuencia temporal dilatada desde las 17:30 hasta las 20:45, y a la par veloz por cuanto el juego participativo ha discurrido intenso y con ganas.
Película: qué pedazo de
realidad que invade virulenta los ámbitos en que discurre la vida misma del
filme.
Una
realidad que busca (explora) su propia autenticidad vital y va descarnando
hasta dejarlos en los ‘puritos huesos no más’ los tejidos de apariencia y
falseamiento que la recubren una y otra vez.
Esta
realidad falseada (y Buñuel detecta una responsabilidad patente), se va
desvaneciendo, deviene un fracaso repetido pues se aborda, se trajina desde la
norma, el cánon, la exclusión, la ideología, el poder.
Nazarín
condensa en sus carnes el camino.
Hoy,
en nuestra tierra, la energía de esta película se asemeja a un relámpago que
penetra todas nuestras sombras seguido del trueno. Asombra su actualidad y su
fuerza.
Colores: La peli está
rodada en blanco y negro, en el año 1958. Sin embargo es inevitable el ‘color’
que aportan la constancia de unas paredes, unos fogones, un patio, unos
jergones, unas jarras, unas campanas, unas calles, unos sembrados, unos
árboles, un gato, unas cabras, unos burros, un caballo, unas mujeres, unos
niños, unos hombres, un enano, unos muertos, una sotana, un fusil,… de la
hermosa tierra mexicana[2].
Imágenes
tal cual, en plural, que no aturden sino (y el subrayado es del “profesional”)
que emocionan.
Pos-posiciones: bajo, desde,
hacia, hasta, para, por NAZARÍN disfrutamos los asistentes, doy fe. Y en mi
sentir, este disfrute es tan valioso o más que los temas (plural abundante y de
muchos matices) que comentamos. Gracias a José María, a José, a Ovidio, a
Enrique, a José Ignacio y a Jesús.
[1] Nota del Coordinador: Verdaderamente es
justo y necesario hacer constar que otra
“tribu” (Antonio) estuvo a la puerta, pero no consiguió entrar.
[2] Otra Id: Joséluis Porcar nos deleitó en algunos números de NIHIL
OBSTAT con crónicas humorísticas de sus andanzas por "la hermosa tierra mexicana".
Pudimos ver cómo el padre Nazario evoluciona: durante toda la peli el personaje del cura oculta a la persona: sabe lo que tiene que decir y hacer sin dudar un instante.
ResponEliminaAl final, cuando la persona aflora, queda hecho un trapo, y duda.
Ovidio
¿Y Beatriz? La mujer enamorada, que cae en la cuenta de que se ha enamorado del hombre Nazario, por lo que le dice su madre, aterrada, se refugia en el marido, a quien no quiere. Otra vida destrozada.
ResponEliminaOvidio