Occidente
se adueña de la naturaleza hasta esquilmarla. Las consecuencias indeseadas del
uso abusivo de los bienes naturales se hacen evidentes cuando se altera el
clima, desaparecen especies enteras, se hace irrespirable el aire, intervenimos
en alterar productos alimenticios, etc.
Otras
culturas respetan la naturaleza porque saben que mientras dure incontaminada
será apta para el hombre. Los ecologistas defienden el uso responsable de las
fuentes naturales de riqueza. Y así piensan algunos teólogos (Leonardo Boff)
Para
objetivar estos distintos comportamientos, basta observar cómo se monta un
jardín en Occidente y en Oriente.
Entre
nosotros un jardín está urbanizado; se recortan las plantas hasta conseguir un
diseño geométrico. Se comprende perfectamente que ahí quien manda es el
cerebro.
En
China un jardín imita la naturaleza: tiene un pequeño lago, donde se refleja la
luz de la luna; un manantial con pequeñas cascadas; una cueva….Se intenta que
haya dentro de casa algo que evoque la naturaleza.
La
explicación puede que sea cultural-religiosa, y se pierde en la antigüedad de
los siglos. Queramos o no, somos herederos de Grecia, Roma y la Biblia:
Grecia
intentó encontrar explicaciones de todo
y aprovechar las conclusiones y consecuencias. Y a veces se excedió queriendo y
creyendo a veces haber explicado todo.
Roma, con su
Derecho, que define al dueño como quien tiene derecho a usar y abusar de su
propiedad.
La Biblia
desde sus primeras páginas, cuando cuenta el mito de la creación, representa al hombre poniendo nombre a todas
las cosas, es decir dominándolas, y finalmente recibiendo el mandato divino de
dominar la tierra.
En nuestra
cultura el hombre se adueña de la naturaleza, cuando sólo es un producto de
ella. ¿O no?.
¿No seremos tan
sólo una hoja del gran árbol de la vida, que, cuando cumple su ciclo vital, cae
a tierra, de donde brotó.
Juan Masià,
profesor de Bioética en Tokio, dice que no debemos acortar ni alargar la vida.
Es tanto como decir respetar la naturaleza. Lo cual no está reñido con tomar
medicamentos paliativos, si el dolor se hace insoportable, aún cuando se
produzca el efecto secundario de la muerte, no deseada directamente. (Todos los
medicamentos tienen efectos secundarios perniciosos, y los tomamos a sabiendas
continuamente)
Ovidio
Fuentes
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