“La religión debe estar en la escuela por razones
políticas, porque es una opción política.” Esto es lo que ha declarado el
Ministro de Educación como defensa de su reforma de la ley LOMCE (Ley Orgánica
Mejora Enseñanza.) en un ataque inexplicable de sinceridad,
Y lo ha dicho
recientemente en plena polémica a dos periodistas de EL PAÍS; Pilar Álvarez y
Maribel Marín, cuando le han llevado el difícil terreno de la religión.
- "A
la pregunta -¿Cuánto han influido los obispos en esta reforma?". Wert ha
subrayado que el que la religión tenga que estar en la escuela es "una
opción política, hasta ahora invariablemente mantenida por los sucesivos
Gobiernos”. Y por otra parte el Ministro mantiene que no pretende "que la educación sea un mundo que pueda quedar al
margen de cualquier supuesto ideológico".
Yo celebro
que por fin alguien importante en el mundo de la enseñanza, se ha atrevido a
decir con claridad la fuente del conflicto secular de la presencia de la religión
en la enseñanza pública. Pero, si esto es así, habrá que reconocer que la religión
se liará condicionada siempre por la política. Al fin y al cabo tal como en la
vida, la religión fuera del mundo de la enseñanza también anda irremediablemente
mezclada a la política.
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Al Hecho
Religioso no se le puede negar su influencia, buena o mala, desde tiempos
inmemoriales y en todas las civilizaciones. Basta con citar el último estudio
sociológico del Pew Center que registra actualmente más de 10.000 religiones en
el mundo. Todas ellas entremezcladas para bien y para mal en las respectivas
culturas y costumbres.
Podemos
afirmar que el Hecho Religioso es un factor de tal magnitud humana, que sería
negar lo evidente pretender una educción integral, sin asumirlo en su proceso
formativo.
El mundo
de la enseñanza, debe ser un reflejo total de la vida, aceptando el peligro de
que se manipule, como un instrumento dominio de la inocencia y de la ignorancia
de los jóvenes.
Es decir, el
campo de la enseñanza es un saco muy grande donde caben hasta las cosas más
contradictorias. También las ideologías y las políticas. Otra cosa muy distinta
que cualquier cosa sea buena. Bien al contrario será necesario permanecer muy
alerta y no bajar la guardia, para evitar los abusos.
Porque
además en la educación se quieren hacer presentes y sacar tajada los tipos de
pensamiento más extremos, en grave perjuicio de los educandos. Desde el ateismo
militante cuyo objetivo más o menos declarado es destruir la religión, hasta el
fanatismo y la superstición para reducir la libertad del joven, manipulando su
conciencia.
Esta
pretensión de exclusivismo en ambos campos es mala, pero hasta cierto punto
inevitable. Y en cualquiera de sus formas es peligrosa, razón por la cual el
ejercicio de la tolerancia es necesaria en todas sus formas.
Intentar proscribir
el hecho religioso es fruto de unas condiciones políticas e ideológicas
extremas. Como también es perverso defender su presencia por la fuerza, para
ejercer el dominio de la conciencia mediante la ignorancia y la superstición.
De las
malas consecuencias de ambas posiciones hay horribles ejemplos, de los que
deberíamos escarmentar.
Y por el
contrario lo curioso es que hay luminosos ejemplos de los beneficios sociales, que
se han producido, tanto desde los sentimientos religiosos, como del
agnosticismo y el racionalismo, cuando también son tolerantes. Llevando estos
pensamientos a su conclusión lógica no me parece desacertada la polémica frase
del Ministro: “La presencia de la Religión en la escuela es
siempre una opción política”.
Yo estoy
convencido de que, incluso quienes se oponen a su presencia, lo hacen desde
unos presupuestos ideológicos y a veces dogmáticos. Por tanto desde una “opción
política”.
Lo
perverso es abusar y aprovecharse de la inocencia del alumno, para catequizar
en un sentido o en otro.
Yo fui
testigo directo de la incomodidad que producía ser profesor de religión en el
Instituto Luis Vives de Valencia, teniendo de compañeros a los otros profesores
de las otras dos asignaturas, que todo el mundo llamaba “Las tres Marías”.
Eran
patentes las “opciones políticas” en las que se fundamentaba la presencia de
estas materias en la enseñanza pública. Y en concreto la religión católica, y la Formación del Espíritu
Nacional, porque ellas eran garantes del orden establecido, sí o sí, por un
levantamiento militar. Y eso a pesar de que mis compañeros en las asignaturas
“Las Tres Marías” de ese centro educativo eran de los mejores profesores en
calidad humana.
Era
consciente, pues, de que mi presencia en la educación pública tenía unas connotaciones
políticas indefendibles, pero a que a su vez estaba fuera de mi alcance su
modificación.
Un grupo
de profesores de religión, unidos por estas preocupaciones, nos propusimos
reflexionar y proyectar una forma de actuación adecuada a nuestra presencia en la Enseñanza Pública. Llegamos a tomar algunos acuerdos sobre la
orientación de nuestro trabajo.
Resumiendo.
1º.- Distinguíamos bien la función de
Evangelizar de la de Catequizar. Obviamente la adecuada en un centro público
era Evangelizar. Catequizar se debería reservar para la los templos y las
familias.
2º.- Buscábamos
la racionalidad de lo religioso y fomentando el diálogo con la ciencia. Como
dijo Hegel: “Lo importante no es ser
creyente o no serlo, sino tener lucidez al respecto,” incluso si la
claridad del razonamiento pudiera llevar al alumno a la ruptura del vínculo con
la comunidad de fe. Nunca se deben condenar sus decisiones, ni siquiera debería
ser causa de distanciamiento o desprecio hacia el alumno, que ejerce su derecho
a la crítica y la disidencia.
3º.- Centrábamos
nuestra evangelización en lo que es la esencia de la fe cristina: la persona de
Jesús de Nazaret. La narración de la verdadera historia de aquel hombre Hijo de
Dios y la enseñanza de lo esencial de su ética y orientación en la vida. Porque
ellas sin más, conllevaban una crítica razonada y de alcance como proyecto de
vida..
Nos podían
tachar de antirégimen, pero no de anticristianos. Esa difícil situación nos impulsaba
a centrarnos con la mayor claridad y contundencia en la esencia del
cristianismo.
De esto
dan fe los once libros de texto, que publicamos, con algunos recelos de la
censura de la Comisión Episcopal ,
en la editorial Marfil y el último en Nau Llibres.
(Recuerdo que la corrección
más importante que recibimos de la censura Episcopal, se refería al capítulo de
la sexualidad. Y el motivo era que le asignábamos una función positiva para la
vida.)
Es muy
significativo que en todos los títulos aparezca el nombre de Jesús. Así por ejemplo
el primero se titula JESÚS, EL ÚLTIMO HOMBRE y el último: JESÚS, LA HISTORIA DE UN PERSONAJE
SINGULAR.
NOTA.-.
Siendo
consecuente con todo lo dicho, y precisamente por ello, yo no creo que la
religión pueda ser alternativa a la asignatura de: “Educación para la Ciudadanía ” Pienso que en
todo caso, convendría que fuera alternativa el estudio del Hecho Religioso en
la historia y en la sociedad.
Siguiendo,
pues, nuestro proyecto pedagógico, no se nos podría acusar de, como lo ha hecho
José Luis Pazos, conocido portavoz de la CEAPA : "La religión cumple un propósito para la conferencia
episcopal y es coaccionar a la ciudadanía para que se vean sujetos de una
imposición religiosa por la que no optarían si no fuera obligatoria"
Yo, por el contrario, si me he explicado bien, comprenderéis que, como
socio que soy de Amnistía Internacional, me adhiero a la carta dirigida al
gobierno español, para exigir la desaparición de la asignatura de Religión.
Me parece equivocada la postura de quien dice: "el campo de la enseñanza es un saco muy grande donde caben hasta las cosas más contradictorias. También las ideologías y las políticas."
ResponEliminaHay que educar para ser libres de cualquier ideología. Hay que educar para tener conciencia critica hacia todas las ideologías. No puede quedar al margen ninguna, incluída la religiosa. Porque si no, habremos educado para ser obedientes toda la vida, infantiles: la mejor base para el abuso de los poderosos.
La Institución Libre de Enseñanza llevó esta pedagogía al más alto grado. Habrá que educar en valores éticos, humanos, y citar a los testigos más eximios en cada uno de ellos. Por ahí se daría entrada a Jesús.
ANTONIO VICEDO responde:
EliminaSi se trata de enseñanza desligada de la e d u c a c i ó n, puede ser considerada como ese saco o cajón de sastre.
Si lo que se pretende con los sistemas o planes de Enseñanza es ayudar a que el sujeto humano recorra el proceso de su desarrollo racional con fines personalistas para que llegue a ser un sujeto libre y responsable, entonces no cabe todo, y sobre todo no debe caber aquello que pueda convertirse en losa ideológica que le dificulte o impida alcanzar esa meta individual de libertad responsable, con la que pueda compartir vida con el resto de personas de igual valor y condición esencial.
Nunca la enseñanza humana debería haber caido en la desviación de separar y sobreponer saberes técnicos, por especializados y sublimes que sean, de, o a, aquellos que potencian la racionalidad y la libertad responsable inalienable de cada persona, so pena de dejarla objetivizada, mediatizada y prostituida, al fin y al cabo.
Completamente de acuerdo en que EDUCAR HUMANAMENTE fue el proyecto de aquella Institución Libre de Enseñanza, rabiosamente frustrada y aplastada por el Golpe de Estado y su impuesta Dictadura con la complicidad de la Institución eclesial católica.
Antonio Vicedo.
"La Institución Libre de Enseñanza llevó esta pedagogía al más alto grado. Habrá que educar en valores éticos, humanos, y citar a los testigos más eximios en cada uno de ellos. Por ahí se daría entrada a Jesús"
ResponEliminaPues, yo, acercándome ya a lo 80 y ordenado ei 59 en Madrid, suscribiríá estas palabras de la ILE pero con una conclusión: "Por ahí se daría" SALIDA "a Jesús.
Arsenio Rey
RESPUESTA de Antonio Vicedo
Elimina"-¿Salida a Jesús? ¿O a la incoherencia eclesial, clerical y jerarquica con El, si no borramos antes del Evangelio: el Sermón de la Montaña, las parábolas, el Lavatorio de los pies, Mt. XXV y Ju. XIII,35, etc.?
Y te paso bastante en edad, Arsenio.
Antonio Vicedo."