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dijous, 9 de juny del 2022

PUNTUALIZACIONES AL LIBRO “¡NOSOTROS LOS HETEROS!”.Antonio Roig Roselló

 

 

Querido amigo Herrero:
Francisco Jover, lector de "Nihil Obstat", ha redactado un comentario a mi artículo sobre el libro "¡Nosotros, los Heteros!".
Puede que su punto de vista haya sido compartido por otros.
Te envío estas Puntualizaciones por si ayudan a aclarar ideas.
Un abrazo

Antonio 

Francisco Jover ha hecho un comentario sobre el libro “¡Nosotros, los Heteros!” que quiero valorar aquí en la medida en que otros lectores puedan tropezar y desorientarse con la ambigüedad del título.

Escribe Francisco (¡gracias, amigo, por leer mi artículo y glosarlo!):

Por el título parece interesante el libro de Antonio Roig. Espero que no tenga ningún síntoma de carácter excluyente”.

“Síntoma de carácter excluyente” son palabras que me atemorizan.

Por pasos.

La portada del libro engloba varios autores. Ahora bien, de un total de 200 páginas que abarca el total del libro, Juan A. Herrero Brasas aporta más de la mitad del mismo, amén de un trabajo silencioso, ingente y perseverante, por llegar  a materializarlo físicamente. No es empresa fácil de lograr. En estos tiempos digitales los libros en formato papel son casi una rareza. Él lo ha conseguido. Mi enhorabuena por el logro. Y, por ello mismo, le reconozco todo su derecho de inscribir su nombre en letras más grandes en la parte superior de la portada.

 


En la parte inferior de la misma matiza:

“Con la colaboración de:

Antonio Roig

Eduardo Mendicutti

y Paco Maroto”

En realidad “colaborador”, en ese libro cargado de ideología, puede resultar un nombre peligroso. De ahí la advertencia de Francisco Jover cuya razón alcanzo a medir.

Yo me siento autor absoluto de las 45 páginas que escribí (en el disco duro de mi ordenador ocupan 60 páginas) y que reflejan mi pensamiento en temas que están en la razón de mi vida.

Sobre todo reivindico la importancia de dar a conocer la historia que en el original que entregué figuraba como capítulo V y que quise diera título al conjunto de mi aportación: “Historia de un chantaje”.

“Siempre he querido contarlo y ha llegado el momento de hacerlo”, comienzo.

Cuando se proyectó el libro tenía 81 años. Con las demoras e imponderables sobrevenidos el libro llega al público a punto de cumplir 83 años.

El incidente generador del título podría haber quedado en anécdota intrascendente. También podría haber destruido mi vida. Porque la pederastia y las babas  que la envuelven engordan y devienen en monstruo temible. Una vez te salpica ¡Ay de ti!

Así que convertí en el núcleo  de mi libro ese juicio ocurrido el 14 de febrero de 1983. Casi cuando no existía la pederastia (lo que no se nombra no existe).

Ese juicio ha llegado hasta el día de hoy y quizá está en el trasfondo de mi conciencia.

                 * * *                                          

Es el momento de señalar que no tengo nada que ver con el título del libro: “¡Nosotros, los Heteros!”.

No es un título consensuado.

Decir, incluso, que, aunque lo respete, el título no me gusta.

Hetero hoy día y para casi todo el mundo viene a significar heterosexual.

¿A qué viene que nosotros, los cuatro, que hemos salido a la palestra desde posiciones diversas (HETEROGÉNEOS sí somos, o sea diversos) y asumido una etiqueta que fue delincuencial nos envolvamos ahora con la bandera de lo que hasta ayer fue considerado lo único políticamente correcto de exhibir?

Más de uno se restregará los ojos. No me lo puedo creer.

Para consolarme de figurar en esa portada tendré que recordar que Editorial Planeta, en su momento, colocó al lado de la fotografía que ilustra el último libro de mi trilogía un texto desmesurado:

La confesión de un hombre que asume su condición de homosexual frente a un entorno social y religioso que no le comprende ni acepta su osadía y contradicciones (Vidente en rebeldía, Planeta, 1979).

Osadía y contradicciones, vaya.

La valoración anterior (por otra parte, Planeta me trató con mucha consideración y generosidad) me lleva a otra palabra formada con ese prefijo: HETERODOXO. Porque Heterodoxos los cuatro sí somos: gente que se ha apartado de la ortodoxia. La conformidad con la doctrina establecida y tradicional no es nuestro distintivo.

Reivindico para mí el derecho a disentir.

Casi contra mi voluntad he llegado a eso: Eppur si muove.

Se está caliente y bien en el rebaño común.

Por eso he escrito antes: “casi contra mi voluntad” he llegado a eso.

Soy débil, excepto en las ideas.

Y ahora, además y con la edad, frágil y vulnerable.

          * * *

Finalmente también quiero señalar que no tengo nada que ver con la tachadura (rojo sobre negro) de las siglas que la historia del Colectivo Homosexual ha ido construyendo.

LGTBIQ son ya nuestro mantra familiar. Y las siglas que vendrán.

Que todas ellas decoren nuestras vidas.                     

 *   *   *

Está claro y muchos lo comentan que a la hora de valorar y premiar los esfuerzos personales, o sea: a la hora de las medallas

                          Ni son todos los que están

  Ni están todos los que son

Pero los verdaderos referentes no necesitan medallas ni aplausos.

Los verdaderos premios están inscritos en la sangre, sudor y lágrimas de aquellos que los atesoran en silencio.

Llego al final de mis puntualizaciones no sin antes desligarme de la dedicatoria del libro. Dice:

   A todos los que luchan por la justicia y la igualdad.

  No a los que sólo luchan por divertirse más.

El subrayado es mío.

No quiero añadir nada más. Aquí al buen entendedor pocas palabras le bastan.

En el latín que aprendí: Intelligenti pauca.

                                                          *   *   *

 Llegar a casa es la meta.

Y la tarde de invierno, inhóspita, parece no tener fin.

Al caer la noche se he formada una cola inmensa que espera.

Y la marquesina de la acera resulta insuficiente para protegernos de la lluvia.

Sopla el viento y el autobús no llega.

No llega.

Y llega, por fin, el autobús.

Uno a uno y en silencio los componentes de la cola van entrando en el espacio protector.

¡Qué placentero juego seguir con la mirada los regueros del agua en los cristales!

Ya sólo queda sitio para uno.

Y ese uno es el anciano que llegó primero.

“Ahora llega mi turno” suspira el anciano en el momento que entra.

Va a entrar y en el preciso momento que va a poner el pie en la plataforma

un joven, en la flor de la vida, se le adelanta y sube.

El anciano no entrará.

Seguirá flotando en la noche, solo.

No le duele quedarse fuera.

Le duele saber que,

siempre,

siempre

su destino es quedarse fuera.

 

                               Antonio Roig Roselló

                        Valencia, miércoles 8 de junio de 2022

 

3 comentaris:

  1. Si he pixat fora test, demane tota classe de disculpes. Si el senyor Roig (no Rojo) ha intentat explicar-me alguna cosa, no era necessari, però tampoc he entés de què va l'assumpte. Em sap greu si és que s'ha sentit molest i torne a demanar perdó. Fou una innocent puntualització sense cap intenció darrere. Almenys, això és el que crec, encara que als 89 anys tinc les idees molt dèbils i gens clares. Francesc Jover.

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    1. Què va, Francesc, tens una capacitat de raonar excel'lent , unes idees claríssimes, una documentació completísima i un immillorable sentit de la didàctica. Algú ho havia de dir...

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    2. Me intriga que su apellido aparezca de dos formas: Jiver y Jover.
      En cuanto a su comentario en ningún momento me he sentido molesto. Más bien, al contrario halagado.
      En cuanto al sentido de mis puntualizaciones y aceptando que podrían apreciarse en la portada del libro signos de carácter excluyente he tratado de precisar el sentido desde mi punto de vista.

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