Aquellas tardes de paseo, durante casi tres lustros, me permitieron conocer a un hombre que preguntaba, cuestionaba, reflexionaba y escuchaba. Entre los naranjales que rodeaban el colegio respirábamos paz. Me comentaba sus historias del seminario de Cuenca del que sólo guardaba un buen recuerdo: el día que organizaron un partido de fútbol y lo retransmitieron por los altavoces del herreriano edificio de Uclés. Todo lo demás fue represión contra la llamada de la naturaleza. Daño basado en la mentira. Liberación en Madrid, con otros profesores y directores espirituales impregnados de aires más conciliares. Después, la soledad de los domingos en el pueblo de la Serranía conquense donde fue destinado como párroco. Soledad insufrible para un hombre entregado a la ilusión. “La gente no venía a misa pero cuando se enteraron de que llegaba el obispo en visita pastoral llenaron la iglesia… Aquel día me sentí orgulloso de las gentes de Boniches”, me dijo.
Llegó la crisis personal. En él fue profunda, determinante. Secularizado ejerció como maestro en Girona donde aprendió a amar y a comprender a Catalunya y posteriormente en Loriguilla, donde le conocí. Ya tenía a Noemí fruto del primer amor nacido entre los pinares de la Serranía de Cuenca.. Seguía buscando la justicia siempre con esperanza y desde una irrenunciable posición crítica contra un pasado que en él era tormentoso y que le marcó hasta el ultimo día de su vida. Jorge Manrique, Juan de la Cruz…estaban continuamente en su boca. En ellos buscaba el sentido de lo profundo mientras crecía su compromiso activo contra la reacción, la injusticia, la desigualdad, el maltrato, la discriminación. Aquel maestro fue testimonio de la búsqueda de la verdad en la justicia social. Nunca dejó de lado la referencia del Evangelio: comprensión, perdón, igualdad, amor a los débiles y denuncia del abuso de los poderosos. Aquel jubilado, un luchador incansable en favor de las ideas que él consideraba más cercanas al alivio de opresiones, al respeto a la obra creada. Denuncia en voz alta de todo lo que significara atacar la sagrada libertad y dignidad del hombre y de la mujer.
Su enfermedad la llevó con entereza y esperanza. Poco a poco se fue despidiendo de la tierra en busca de los mares, de los cielos, de las montañas.
Aquella mañana vi las hojas de la higuera amarillear. Caían lentas para fundirse en la tierra que les espera. El gorrión revoloteaba sobre los últimos verdores. El viento se notaba fresco sobre las piernas. Los coches pasaban rápidos. Cada cuál a su tarea, con sus ilusiones y sus decepciones. Metidos en la vida y tan ajenos a ella.
Esa mañana le apreté la mano en la cama del hospital y le dije que volveríamos almorzar juntos en el bar de Patraix donde me confesaba y le confesaba. Creo que me escuchó aunque ya no tenía fuerzas para articular sonidos. Sus ojos caminaban hacia el misterio. Sé, eso sí lo sé, porque sonrió, que notó mi mano apretada a la suya...
José Herráiz Martínez ya está en la Paz eterna. Fue compañero en la tarea de educar. Fue confidente y amigo fiel. Pasó la vida en la búsqueda de la trascendencia. Nunca dejó de creer en la rebeldía contra los que usan a Dios. Aprendí mucho de él.
Hoy he visto caer esa hoja amarillenta que fundirá su muerte con la tierra que le espera y he pensado en el ciclo eterno; en la cortedad de la vida , en la insignificancia de nuestros tormentos y alegrías. Y he deseado profundamente que Pepe haya encontrado por fin respuesta a tantas preguntas, tantos desasosiegos. Le vi marcharse en paz, como sabedor de que ese viaje, tras tanto dolor físico y espiritual, tanta búsqueda sin respuesta, ese viaje era el camino a la Verdad. Lo percibí en aquella mirada fija que veía la proximidad de la Luz, a la que por fin se acercaba., acompañado de su ser más querido, al que adoraba: su hija Noemí.
Salí de la habitación, me abracé a ella. Y recordamos.
Sé que Pepe descansa, por fin, en Paz.
Alberto Soldado
Gracias, Alberto, por tus bellas palabras.
ResponEliminaYo solo compartí con Pepe y contigo un curso en aquel paraíso que para mi fue Loriguilla. Han pasado 36 años.
Con Noemí, a quien no había visto desde entonces, recordaba estos días el olor a azahar, el canto de los gorriones en el patio después del recreo, el nombre de algunos alumnos, los claustros... el acaloramiento de Pepe por la justicia, la libertad, la dignidad humana, su rebelión ante la hipocresía, el dogmatismo... Qué bellos recuerdos. Y que tristeza me produce su pérdida.
Ha sido una alegría leerte. Compartir un instante de vida contigo y con Pepe.
Recuerdos a Marina.
Gloria González
Em sap greu saber la notícia de la mort de Pepe Herraiz, tenia sentit de l'humor darrere d'una aparent mirada seriosa, i tenia tendresa i lluita per la justícia, l'equitat i l'harmonia... Em va agradar conèixer-lo i compartir debats, esmorzars i riure's... Recorde que en una xerrada vaig comentar que estava fins als nassos de recordar la vida als seminaris després de tant de patiments i castració emocional i sexual... I va saltar Pep dient: "quanta raó tens!! Massa masoquisme!". I massa furgar en les misèries del passat sovint tractat de justificar lo injustificable.
ResponEliminaSal.lus Herrero
El primer contacto que tuve con José Herráiz fue a propósito de un artículo sobre San Juan de la Cruz que publiqué en Nihil Obstat cuando se editaba en papel. "El hombre que no gustaba a las mujeres" creo que se titulaba (y el título era un guiño al libro de éxito en ese momento: "Los hombres que no amaban a las mujeres" del sueco Stieg Larsson (1954-2004).
ResponEliminaPues bien, obtuvo del Director de Nihil Obstat mi teléfono y concertamos una cita en una cafetería. Sí. Hablamos sobre San Juan de la Cruz. El Místico le fascinaba. Como a mí.
También me confesó a lo largo de la misma que, como muchos de su generación, albergó prejuicios contra los homosexuales. Quizá quisiera con esa confidencia soltar un lastre que todavía le dolía.
Un domingo por la tarde me llamó para invitarse a tomar café. En mi casa.
No esperó a que se hiciera de noche (Jn 3,21).
Era un hombre bueno.
Descanse en Paz.
Antonio Roig Roselló
Qué cosas tiene la vida! ¿Quién le iba a decir a Pepe, que parte de lo que dijo, se le podía aplicar a él medio año después? (2 de maig de 2021) "Luis F Benlloch o Don Dico, lo mismo da. (José Herraiz Martínez)" https://9nihilo.blogspot.com/2021/05/luis-f-benlloch-o-don-dico-lo-mismo-da.html OVIDIO FUENTES
ResponEliminaEn una fitxa m’ha eixit esta cita que vull compartir amb vosaltres. Com passa moltes vegades, vaig oblidar prendre nota de l’autor i del llibre. En esbrinar-ho vos ho diré:
ResponElimina“ [...] hi ha qui els records els crema burlescament en una falla, i en fa rialles; com hi ha qui pretén esborrar-los com a no viscuts, però li revénen triturats, agres, com un menjar mal paït. Com també hi ha qui els guarda ben guardats en un calaix per no perdre’ls, i quie se’ls passa i repassa com un àlbum de fotos que no es cansa de mirar.”
Bartolomé Sanz Albiñana