Mi primer contacto significativo con
José Ignacio lo tuve en Buñol, a donde acudió a pasar el día con algunos
condiscípulos en un chalet o casa de campo, propiedad de Vicente Garrigues.
Quien nos iba a decir que, pasados
los años (en 2011), los dos y J.Mª Monzó volveríamos a Buñol al entierro de Garrigues.
En el número dos de Nihil Obstat hice
una entrevista al matrimonio en su casa de Mislata. (Podéis leerla en el blog).
Entrevista breve, porque en aquellos inicios los medios económicos no daban
para más, pero creo que densa. Allí creo que se da bastante idea de las actividades del matrimonio
Spuche-Gómez.
En los últimos tiempos, cuando ya
recibía sesiones de diálisis en el hospital de Manises, José Ignacio aún tuvo humor para venir
algunas veces a almorzar con nosotros.
No soy quien para decir si in tempore brevi, pero sí afirmo que implevit tempora multa.
D.E.P
E. Herrero
Mi primer encuentro con José Ignacio fue en los 50. Siendo seminarista vino de veraneo a mi pueblo. ¡Cuántos buenos recuerdos!
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