El Canto de la Sibila es un
canto profético que antiguamente se escenificaba la noche de Navidad en
diferentes catedrales de la Península, especialmente de la Antigua Corona de
Aragón. La tradicional representación de este drama paralitúrgico, que de tanta
popularidad gozó, perdió su práctica con el Concilio de Trento, manteniéndose
aún hoy en Mallorca y el Alguer. De las muchas versiones que se conservan del
Canto de la Sibila se restaura en estos conciertos la versión valenciana, con
las influencias que sobre ella ejerció la tradición toledana y sus
vinculaciones con la mallorquina, declarada en 2010 por la UNESCO Patrimonio
Inmaterial de la Humanidad.
Las sibilas eran mujeres que se creían inspiradas por los dioses, siempre vírgenes y profetas, de todas ellas era la Sibila Eritrea la que anunciaba el día del Juicio Final y la llegada de Jesucristo. Con la intención de despertar el interés en una celebración histórica que merece su restauración, que nos hace reflexionar sobre la venida de Cristo al mundo y el más allá, en esta tradición que ha sido y es de todos nosotros, Capella de Ministrers recupera este patrimonio musical y religioso.
La melodía del Iudicii signum, heredera del préstamo melódico de las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, es una composición puesta en boca de la Sibila Eritrea que solía cantarse al final de la última lección de los Maitines de Nochebuena hasta que se suprimió a raíz de las reformas litúrgicas surgidas del Concilio de Trento. Ampliamente difundida por Europa occidental debido a su mensaje escatológico, su primera adaptación al romance corresponde a una de las Cantigas, Madre de Deus (CSM 422), que fue seguida un siglo más tarde por otras adaptaciones en lengua catalana y castellana. Conocidas popularmente como Canto de la Sibila, las versiones más tardías incorporan estrofas alusivas a la Virgen cuya intervención se implora en el Juicio final. En este sentido cuentan con el precedente de un extraordinario sirventés del trovador Peire Cardenal, Un sirventes novel vueill comensar,en el que se refiere a las recriminaciones que piensa que Dios le hará en el día del Juicio. Escrito hacia 1232, Cardenal, del que cuenta su Vida que "molt fo onratz e grazitz" por el rey don Jaime, concluye con un ruego a la Virgen: "Per merce·us prec, donna sancta Maria,/ c'al vostre Fill mi fassas garantia".
En la Consueta de la Catedral de Valencia de 1527 se cita: Com dihuen la sisena liçó, la sibil.la, acompanyada ab lo vedell y dos canelobres, va a la trona de l'evangeli, y quan és hora, diu la sibil.la tres o quatre cobles, y torna-sen'n a la sagrestia. E mentres diuhen la novena liçó, lo qui ha de dir lo evangeli de Liber generationis Iesu Christi ve's a vestir, e vist-se ab amit y camís ab paraments [blanchs], stola y manyiple, y la dalmàtica de brocat ras blanca ab lo collaret y lo libre ab una tovallola de brocat blanch,en clara referencia a la participación de la Sibila en los Maitines de Navidad.
Al jorn del judici veuràs qui ha fet servici
D'una Verge naixera Deu y hom qui jutjara
de cascu lo be y lo mal al jorn del jui final.
Mostrar san quince senyals per lo mon molt generals,
los morts ressucitarán, de hon tots tremolarán.
Dalt dels cels davallará Jesuchrist, y es mostrará
en lo vall de Josaphat hon será tot hom jutjat.
Portará cascu escrit en lo front àl seu despit
les obres que haurá fet, don haurá cascu son dret.
Als bons dará goig etern, è als mals lo foch dinfern,
à hon sempre penarán puix à Deu offes hauràn.
Como nos recuerdan algunos investigadores tal vez la tradición de la Sibila valenciana tuviese influencias de la castellana, especialmente la de Toledo, en donde se cantaba la Sibila por un seise vestido de mujer, con un traje de mangas pendidas, ricamente bordado al gusto oriental. Desde esas influencias y desde la versión mallorquina podemos reproducir la música de los versos sibilinos valencianos. Todo ello con la certeza de aproximarnos a la recuperación de una milenaria tradición occidental que tuvo su singularidad en la Seo Metropolitana de Valencia, descrita en la Consueta de 1527 y a la que de seguro aportarán mayor claridad futuras y necesarias investigaciones.
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Molt interessant el Cant de la Sibila pel seu caracter antropològic. Això com el Misteri d'Elx és un gran patrimoni que caldria ser millor conegut i valorat pels valencians. Quantes coses van ser fustrades a Trento!
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