El transhumanismo afirma la posibilidad y la deseabilidad de mejorar fundamentalmente la condición humana, desarrollando especialmente tecnologías para eliminar el envejecimiento y mejorar las capacidades intelectuales, físicas y psicológicas en forma inusitada.
Algunos teóricos creen que el ritmo de la evolución tecnológica se acelera progresivamente, y que en los siguientes cincuenta años no solo aparecerán avances radicales, sino que puede sobrevenir alguna tecnología, que cambie la naturaleza fundamental de los seres humanos. En un número de 2011 de la revista Time, se prevé que para 2045 el hombre ya será capaz de no morir.
Apoyan nuevas tecnologías convergiendo con tecnologías como la nanotecnología, biotecnología, tecnología de la información y ciencia cognitiva, la realidad simulada, inteligencia artificial, superinteligencia, transferencia mental, preservación química cerebral, y criónica. Creen que los humanos podremos y deberemos utilizar estas tecnologías para convertirnos en superhumanos.
Estiman que la información que hay en el cerebro puede ser copiada en un ordenador, para que sirva de soporte vital una vez muramos. Sobre la transferencia mental, el tiempo dará con las respuestas y los medios.
Algunos consideran que, con la aplicación de la neurotecnología, podremos lograr estados alterados de conciencia, a menudo interpretados como «experiencias espirituales», y alcanzar así mayor autoconciencia.
Entre sus metas está la visión de una nueva especie inteligente, hacia la cual vamos a evolucionar, que complementaría o suplantaría a la humanidad actual. Se enfatiza la perspectiva evolutiva, incluyendo a veces la creación de una especie animal altamente inteligente por medio de mejoras cognitivas.
Neil Levy formula el principio de paridad ética, que propone tratar por igual a cuerpo, máquinas y softwares, pues, sin estos últimos, muchos estilos de vida serían imposibles. Esto nos llevaría a un reconocimiento de comportamiento ético para los androides.
Está claro que toda esta tecnología está significando una ampliación de nuestras capacidades mentales y físicas, y que ello redundará en un crecimiento personal más allá de nuestras actuales limitaciones biológicas.
Piensan que los beneficios potenciales de las tecnologías de mejora humana superan los peligros potenciales, por tanto el imperativo moral será usarlas tan pronto como sea posible. Algo que hemos hecho por milenios con beneficios tangibles. ha sido «alterar la naturaleza», así que eso es lo que haremos ahora, solo que mucho más, más rápido, seguro y mejor. Los avances exponenciales en la bioinformática permitirían anticipar los posibles efectos de la ingeniería genética en humanos, mediante experimentacion previa en un modelo virtual.
Consecuencia negativa sería crear falsos principios, por los que imperase el materialismo.
Hay proyectos para programar robots, que desempeñen funciones en geriátricos y residencias de salud mental. Con ellos se puedan tomar decisiones sobre asuntos en los que los seres humanos ya no quieren o no se ven preparados para decidir, a causa de la propia incapacidad o por la velocidad y eficacia con que actúan hoy ciertas máquinas.
Se estudia la creación de una ética artificial, pues con el desarrollo de androides cada vez más autónomos. creen inevitable atribuirles algún tipo de estatus moral. Según la visión de Ronald Bailey, cualquier clon humano, animal modificado o inteligencia artificial, que demostrase ser autoconsciente, podría ser contemplado como una persona, merecedora de respeto, dignidad y derechos de ciudadanía.
Pero por otra parte, como afirma Donna Haraway, autora del Manifiesto cíborg, el proceso de robotización, que promueve el transhumanismo, estará asociado a la progresiva aceptación de que el ser humano no es sino una máquina más, y se le debe tratar como tal.
Una característica filosófica común del transhumanismo es la visión de una nueva especie inteligente, hacia la cual la humanidad va a evolucionar, que complementaría a la humanidad actual o incluso la suplantaría.
Transhumanismo y el posthumanismo rechazan una naturaleza trascendente, que reconoce en algunas realidades cierto carácter inmutable y normativo. Según ellos, el hombre es una realidad más en constante transformación que, ni por su ser ni por su particular devenir psicológico o social, posee una identidad en sentido fuerte.
Su materialismo se impone porque identifica la mente con los datos del conocimiento. Los datos de conocimiento aumentan con las aportaciones técnicas. Si hay transferencia de neuronas, puede haber transferencia mental. Inteligencia-mente-cerebro-técnicas nos revelan que el hombre es una máquina. Pero ahora tenemos máquinas más inteligentes que los hombres y por su medio podemos llegar al superhombre.
Esto nada tiene que ver con el Reino de Dios. Maitreya, Cristo, viene para elevarnos a Su Reino. La personalidad humana es mero instrumento del alma, el alma es un instrumento de la Realidad espiritual, y con esto nos vendrá la gran evidencia de nuestra naturaleza divina. La evidencia que tendremos de todo ello será muchísimo más potente que la que tienen los transhumanistas de que la mente es el cerebro, y el cerebro es moldeable por la técnica.
Esta super-evidencia es lo que nos traerá El ahora, a partir del día (ya muy próximo porque ya está con nosotros en cuerpo físico), en que se va a dar a conocer a toda la humanidad.
Mi impresión personal es la de que Su manifestación se dará durante esta década. Lo que más está retrasando que lo haga es, como dice en muchos de Sus mensajes, esperar a que más gente se entere de que Él ya está aquí, y así creemos un clima de expectación y esperanza a Su venida.
Nos hablará de compartir, como manifestación genuina de Amor; nos hablará también de Justicia y Libertad. En el mensaje 125 afirma: "No escatiméis vuestros esfuerzos en Mi nombre, y compartid con vuestros hermanos aquello en lo que creéis. No hay trabajo más elevado que podáis hacer por Mí".
Además nos urge a que lo hagamos, porque también afirma en otros mensajes que sólo tenemos esta alternativa, la de compartir, porque la otra es horrible para la humanidad y el planeta.
Ahora ya estamos viendo las nubes oscuras en el horizonte político, económico, social y climático, que pronostican una tormenta de grandes dimensiones, que esta afectara a toda la humanidad, no sabiendo cómo poder salir de ella.
Así que, ¡Cristo, ven!
Y qué bien que ya está aquí, y pronto se va a dar a conocer a todos!!
- Manuel Palomar
No entiendo para qué le sirve a Maitreya, del que solo se habla en la tercera y última parte del artículo, toda la exposición que se hace antes sobre el TRANSHUMANISMO. Me confunde mas aún que en el cuerpo del artículo se diga que "Esto nada tiene que ver con el Reino de Dios", cuando se ha titulado EL TRANSHUMANISMO PODRÍA ACELERAR LA REAPARICIÓN DE CRISTO, MAITREYA. Y, por si acaso, después de vivir casi 85 años como persona humana, quiero protestar ante la afirmación de Donna Haraway,:".el ser humano no es sino una máquina más, y se le debe tratar como tal"..
ResponEliminaLamento na haberme sabido explicar suficientemente. La argumentación era:
ResponElimina1. Fijaos a qué extremos nos conduce el Transhumanismo.
2. Esta ideología no debe dominar sobre la humanidad por su afirmación básica materialista.
3. Es por eso que, ya que Maitreya afirma que viene pronto, entiendo que este es un motivo más, para que lo haga lo más pronto posible.
4. Tengo en la mente la idea de extenderme más sobre la manifestación pública de Cristo, Maitreya, tras haber presentado el otro motivo que me falta por exponer, el del totalitarismo globalista, que tambien incide en la misma conclusión: ¡¡Que Cristo venga ya!!
Gracias por iluminar nuestra débil y oscura condición humana
ResponElimina