“Con la cantidad de cosas que podría
hacer por los vivos. ¿Por qué a la Iglesia (ICAR) le preocupan tanto las cenizas de los muertos?”
Este fue el comentario, que envié a mis amigos y
compañeros de “whatsapp”, quizá en una reacción un tanto visceral ante el anuncio en TV de que un organismo eclesiástico ha publicado una Instrucción "...acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación."
A quien respondió “…quiero que vayan al Montgó…” le pregunto:
A quien respondió “…quiero que vayan al Montgó…” le pregunto:
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¿Hay en ese monte algún cementerio?
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¿O alguna iglesia (templo, ermita etc.)…?
Si no hay ni cementerio ni templo, lamento decirle que va a tener imposible, o al menos muy difícil, cumplir su deseo:
“5. Si por razones legítimas se opta por la cremación del cadáver, las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente.” (Instrucción Ad resurgendum cum Christo.)[1]
Algunos teólogos nos recomiendan que no tengamos miedo a pensar. Y, animado por esa arenga y creo que sin salirme tácticamente de las doctrinas de la Iglesia, me pregunto:
¿Por qué unos territorios son sagrados y otros no?
¿No dice la iglesia que todo lo creó Dios? ¿Y no decía el catecismo que Dios está en todas partes? Quizá parecerán argumentos muy simples a quienes ya se preocupan, por ejemplo, de la Neuroteologïa o de la Teología cuántica, pero parece de lógica elemental considerar que las bendiciones de la Iglesia no van a hacer ningún lugar más sagrado que la permanente intervención de Dios, proclamada por la misma Iglesia.
Otra cosa sería concienciar de que tal dispersión de las cenizas puede provocar dificultades ecológicas en la naturaleza y aconsejar o recomendar que no se esparzan, especialmente si los envoltorios (urnas) no son biodegradables.
"La Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, porque con ella se demuestra un mayor aprecio por los difuntos; sin embargo, la cremación no está prohibida,..".
Por si no queda claro dónde sí está permitido depositar las cenizas de los difuntos, el documento detalla dónde o cómo no, o sea, las prohibiciones (Números 6 y 7). Puede derivar aquí la cosa , a mi parecer, hacia ciertas extravagancias: emplear una carcasa pirotécnica o, más aún, algún vehículo de tipo espacial.
Un campo que dejo a la exploración personal de posibles interesados son los argumentos sobre la mayor o menor facilidad que Dios encontrará en la resurrección de los muertos según hayan sido tratados los cadáveres o restos de los difuntos.
Y, para acabar, quiero decir que hace casi cuarenta años compré un nicho para enterrar a un familiar íntimo en el cementerio de Valencia (sería igual o parecido en cualquier otro lugar) y que. si cuando pasen 50 años, no lo vuelvo a pagar, esos restos mortales irán a parar a una fosa común ¿Esto no es “…falta de respeto y malos tratos…”:
“La conservación de las cenizas en un lugar sagrado puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana. Así, además, se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas.”
Enrique Herrero
[1] Es probable que los organismos eclesiásticos hayan aprovechado la proximidad de las celebraciones de los “Fieles difuntos” y de Hallowen, para lanzar este documento, puesto que Francisco… en el 18 de marzo de 2016, ha aprobado la presente Instrucción, …y ha ordenado su publicación. Y la Congregación para la Doctrina de la Fe lo publicó 15 de agosto de 2016..
Con una visión bastante más amplia que la mía, con alguna coincidencia, y más y mejores argumentos Xabier Pikaza ha publicado en religión digital: "Mis reservas ante el documento sobre 'las cenizas de los muertos'"
ResponEliminaEnrique Herrero
http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2016/10/27/xabier-pikaza-mis-reservas-ante-el-documento-sobre-las-cenizas-de-los-muertos-religion-iglesia-vaticano-doctrina-fe.shtml
Segons el meu parer i punt de vista, l'Església ha tingut un estricte control en la societat a través dels SET SACRAMENTS que els infants aprenien de memòria quan feien la primera comunió. Cal dir ací, que la societat estava composada solament per creients i per tant "obligats" a cumplir-ho. És a dir, des que arribaves al món fins la mort, passant per les diferents etapes de la vida on l'Església et marcava les limitacions del que estava permés i el que no. Hui en dia, l'Església ha perdut credibilitat i seguidors i la laicitat ha penetrat en la societat. Per tant els sacraments, gran part de la gent se'ls passen per baix cama. Ara l'Església intenta dir-nos què es fa amb les cendres dels morts i on cal guardar-les. A eixa actitud li dien al meu poble POC TRELLAT o falta de faena. Afigen també una dita que no recorde molt bé, però es així alguna cosa com: "quan el dimoni no té res que fer mata mosques amb el rabo".
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