Vicent Cremades ens ha informat sobre dues referències al seu llibre
15 de desembre
http://blocs.mesvilaweb.cat/node/view/id/256132
En la nostra llista de BLOGS figura aquest de forma permanent i mostra el fragment inicial de l'últim publicat pel seu autor (Ángel Canet Catalá) . Així va ocórrer també el dia 15 de desembre en què - a manera de titular - les primeres paraules de la nova entrada anunciaven la recensió del llibre.
19 de desembre
http://blogs.laveupv.com/particiveu/blog/3330/lesglesia-en-la-transicio-de-vicent-cremades
Ens ha paregut que aquesta segona referència és més que això. L'autora (Sal·lus Herrero) no sols enumera i resumeix els continguts del llibre, sinó que subratlla el que li interessa, assenyala omissions, discrepa en apreciacions sobre persones...
En resum, pareix que aporta prou de la seua collita personal.
COMENTARI EN VALENCIÀ
ResponEliminaS'explique com s'explique, la visita de Franco al Seminari de València, és un fet que ha de quedar reflectit en qualsevol història del Seminari i/o de la diòcesi de València.
La meua memòria del fet és "difusa, confusa i profusa", perquè en aquest moment no recorde la data en què es va produir ni puc aportar documentació respecte d'això, però han de quedar vius prou dels 700 seminaristes que van donar la benvinguda al cap de l'estat i inclús molts dels que pertanyien a la Schola Canthorum i "salmodiaren" les aclamacions: quelcom així com "FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, [caudillo de les Españas], vida i victoria..."
Com a anècdota menor cal recordar que els encarregats de la seguretat van fer alçar absolutament totes les persianes. L'aspecte de l'edifici era totalment diàfan. Probablement siga l'única vegada que s'haja vist d'eixa guisa.
Enrique Herrero
COMENTARIO EN CASTELLANO
Se explique como se explique, la visita de Franco al Seminario de Valencia, es un hecho que debe quedar reflejado en cualquier historia del Seminario y/o de la diócesis de Valencia.
Mi memoria del hecho es "difusa, confusa y profusa", porque en este momento no recuerdo la fecha en que se produjo ni puedo aportar documentación al respecto, pero deben quedar vivos bastantes de los 700 seminaristas que dieron la bienvenida al jefe del estado e incluso muchos de los que pertenecian a la Schola Canthorum y "salmodiaron" las aclamaciones: algo así como "FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, [caudillo de las Españas], vida y victoria..."
Como anécdota menor cabe recordar que los encargados de la seguridad hicieron levantar absolutamente todas las persianas. El aspecto del edificio era totalmente diáfano. Probablemente sea la única vez que se haya visto de esa guisa.
Enrique Herrero
Desconeixia aquesta anècdota. I a més, haig d'afegir que l'autor és pare d'un alumne que tinguí fa temps a l'institut. Gràcies.
ResponEliminaCOMENTARIO de Antonio Vicedo
ResponEliminaYo la viví, como se vivía entonces todo lo que en aquella formación pudimos vivirla siguiendo la corriente que desde la superioridad arzobispal y rectoral nos imponían, nada crítica con el régimen franquista, ni siquiera abierta a un conocimiento amplio de cuanto había pasado realmente en la sociedad valenciana y española en la etapa de la II República y el Golpe Militar, destacando,eso sí, el carácter de víctima de la Iglesia por parte de los revolucionarios rojos, sin referencia alguna a los motivos causales de aquella oposición a lo clerical y religioso como consecuencia del maridaje ancestral con los poderes fácticos político-económicos de la jerarquia eclesiástica, mayoría clerical y grupos laicos de beatos caciquiles.
Franco, el Caudillo por la gracia de Dios había salvado a España de la barbarie roja, aunque en ella estuviera incluida la mayoría de la clase trabajadora que luchaba por la justicia de sus derechos laborales y la posibilidad de supervivencia por las retribución de las rentas de su agotador,e inhumano trabajo.
De como había empezado realmente toda el enfrentamiento entre los poderes fácticos, incluido el eclesiástico., y las clases populares proletarias, ni mención, ni siquiera en los últimos cursos previos a la salida a los pueblos con responsabilidad parroquial de lo que había sido el comienzo de la llamada después cruzada con bandos militares y consignas de partidos políticos donde tuvo éxito la rebelión militar de RETAGUARDIA LIMPIA desde el 18 de julio 1936 (Equivalente a sentencia y ejecución de penas de muerte por sospechas más o menos fundadas de no adicción al Nuevo Régimen o Movimiento) como sucedió en la Navarra de la que era Obispo D. Marcelino, al presente aquel, Arzobispo de Valencia.
Yo pertenecía a la Schola Cantorum entonces y, en las visitas de Franco a Valencia, interveníamos en los actos religiosos en la catedral y palacio arzobispal (en alguna cena) y en esa visita al Seminario de Moncada, seguramente motivada y justificada por las subvenciones estatales que el Arzobispo conseguía para la obras del faraónico edificio.
Desde la situación privilegiada de cantores pudimos comprobar toda la estricta revisión policial de las estancias del salón de actos y de los pabellones por los que anduvo Franco y su escolta de mandos y guardias personales.
Puedo dar conocimiento de esta anécdota: Cuando recorría el pasillo de uno de los pabellones los seminaristas teníamos que estar con la puerta abierta de nuestras habitaciones y de pie en sus dinteles. Yo ocupaba aquel curso una de los dos últimas habitaciones junto a un balcón que daba a los huertos de naranjos de detrás del seminario; Y al intentar Franco querer asomarse a aquel balcón oí que un próximo acompañante le dijo: No salga excelencia que este balcón puede no estar muy seguro, el caudillo se quedo contemplando un ratito el panorama desde el interior sin hablar con nadie.
En el Salón de Actos antes de entrar los cantores para situarnos en el escenario, unos guardias de boina roja con larga bola dorada, enrollaron y desenrollaron la alfombra que iba desde la puerta al escenario y se quedaron allí mientras nosotros entramos y después lo hizo Franco acompañado del arzobispo y rector con toda su corte. Al final Franco salió, subió a su coche y ya en marcha los policías de su guardia subían a toda carrera a sus respectivos coches.
Y Nosotros entonces, tan satisfechos de haberle tenido cerca y de homenajearle. ¡Qué tiempos aquellos y que vergüenza la de ahora,por no haber podido conocer lo que después hemos ido conociendo por el destape de nuestras gentes y de las sencillas gentes que tan maltratadas y discriminadas se sintieron por política e iglesia por las parroquias que hemos pasado. Excepciones de un lado y de otro aparte, pero injustificable lo de la Iglesia cuya actitud debía haber sido permanentemente coherente con el testimonio y mensaje de Jesús.