VIOLENCIA DE GÉNERO, Enrique Herrero

Los hechos me obligan, por desgracia, a cambiar el dato inicial con que había comenzado este escrito. Ya no son tres, sino cuatro las  mujeres  que han fallecido desde el pasado martes, víctimas de violencia machista. Y no es la primera vez que se produce un hecho semejante:

“Tres mujeres muertas en apenas cuatro días en las vacaciones de Semana Santa”.   ¡22 en lo que va de año!

Nos anuncian más de doscientas medidas para tratar de parar esta sangría social. Dejemos a los expertos analizar las causas y buscar las soluciones a este, sin duda, complejo problema. Sin dejar, por ello, de lamentar  y condenar  la violencia “venga de donde venga”.

Curiosamente en esta misma semana he recibido en mi correo – creo que por tercera vez – una presentación (Power Point…) que titulan “Escritos centenarios”  y que es un florilegio de las afirmaciones (mas bien negaciones) que ilustres pensadores han  sentenciado  sobre la mujer a través de la historia.  (Por si se da la improbable situación de que alguien no conozca estos textos, os sugiero la búsqueda en Internet  o, si os resulta más cómodo  acceded, por ejemplo, a la página http://cscoia.es/2010/04/escritos-centenarios-sobre-la-mujer/).

 Algunos de los lectores recordarán cómo, antes de la reforma litúrgica, impusieron el “yugo” a los contrayentes; eso sí, el velo cubría la cabeza a la novia y sólo los hombros al novio ¡Jerarquía! Y, por si quedaba alguna duda,  al final de la ceremonia se les leía aquello de que “la mujer esté sometida al marido en todo; el marido, por tener paz, pierda de su derecho y autoridad”. El hombre puede ceder o consentir, pero nunca  renunciar a los principios.

 

 

Tampoco la “sabiduría popular” ha contribuido mucho al prestigio de la mujer con refranes como “la mujer la pata quebrada y en casa” o el esperpéntico “A la mujer y a la burra, cada día una zurra” ¿Para qué más?

Aquellos polvos ¿han traído estos lodos?

 

Enrique Herrero