A propósito del presunto exorcismo del papa Francisco
“Et portae Inferi non prevalebunt adversus
eam”. La Iglesia Vaticana se aplica a sí misma esa afirmación, atribuida a
Jesús. Con grandes letras está grabada, ¡también en griego!, en el interior de
la cúpula de Miguel Ángel, para eterno recordatorio de que el infierno y todas
sus huestes, nunca, por mucho que se empeñen, podrán algo contra ella.
León XIII no las debía de tener todas consigo
cuando, en una espeluznante visión que tuvo, oyó a Satanás desafiar a Dios,
diciéndole que él podía destruir la Iglesia si le concedía licencia para ello.
León XIII, aterrorizado, mandó a los obispos y sacerdotes de todo el mundo que
recitasen después de cada misa la oración Sancte
Michaël, “Arcángel san Miguel, sed
nuestro amparo contra las asechanzas del demonio… lanzad al infierno a Satanás
y a los otros malignos espíritus que vagan por el mundo para perder las almas”.
A raíz de aquella aparición, el papa León XIII veía legiones de demonios revolotear
por el Vaticano.
Alejandro VI ya tuvo una visión semejante muchos
siglos antes; y dejó dicho que “aquí en
el Vaticano hay demasiados demonios antiguos siempre al acecho”. ¡Y de
demonios, el papa valenciano debía de saber bastante!
Gabriel
Amorth sostiene que
el hombre a quien el papa impuso las manos "se llama Ángel, es mexicano y
está poseído por cuatro demonios" (El Padre Amorth los ha
contado uno a uno, pero no ha tenido tiempo de sonsacarles sus nombres). La
posesión de Ángel "es una venganza
del demonio contra los obispos mexicanos porque no se opusieron al aborto como
debían haberlo hecho. Este hombre
sólo será liberado cuando los obispos mexicanos se arrepientan y
hagan penitencia por no haber intervenido más en esa cuestión" (¿Qué
culpa, digo yo, tiene este pobre hombre para cargar con los pecados de desidia de
los obispos mexicanos?).
Por lo visto, los demonios están azuzando a los obispos del orbe católico, tentándoles con el asunto del aborto. Menos mal que en España tenemos al flamígero ministroGallardón y sus huestes, los obispos españoles, que nos defienden de las asechanzas del Maligno.
¡Válgame Dios! Si
en pleno siglo XXI andamos con éstas… ¡Menuda le ha caído al papa Francisco!
francisco asensi http://franciscoasensi.blogspot.com
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