Más perplejo que indignado…
…me
pregunto: ¿caminamos hacia o estamos ya en una nueva era feudal? ¿Es Europa
dueña y señora de nuestras vidas y haciendas? ¿Tendremos que postrarnos y
proclamar·”Europa santísima, vuestro esclavo soy..” ¡haz conmigo lo que quieras!?
Dichas
estas primeras ¿insensateces?, aún me
queda moral para seguir haciéndome algunas otras preguntas a propósito del
reciente informe del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados.
¿AGRAVIO
COMPARATIVO?
“Dadas
las circunstancias de la economía, excepcionalmente graves, pedimos un esfuerzo también excepcional
a los empleados y altos cargos públicos. En este año 2012 se suspenderá el abono
de la segunda paga extraordinaria. (Rumores y protestas). Esta medida se
aplicará a los altos cargos de la Administración central, autonómica y local y solicito que ese esfuerzo sea también
compartido por quienes ostentamos el cargo de diputados y senadores. (Aplausos).”
Lo de pedimos ¿será un eufemismo, no? ¿No será, más bien, imponemos…? ¿O acaso los afectados pueden escoger entre cobrar o no la segunda paga extraordinaria?
solicito: diputados y senadores
¿sí pueden elegir? ¿No tienen el presidente y su gobierno autoridad y medios
legales suficientes para imponer a quienes “ostentan esos cargos” las
mismas medidas que al ciudadano de a pié? ¿Sabremos en su momento qué diputados
y senadores han renunciado a su segunda paga? (Segunda paga ¿es la de Navidad, no?) ¿Tenemos que entender, por el contexto, que
esta solicitud se extiende también a
los más de 1.200 diputados autonómicos?
¿INDULTO?
No entro en quién es el
responsable o deja de serlo.”
¿O
solamente vamos a pagar los que no hemos creado la crisis, pero estamos perfectamente
controlados, porque nuestra situación es absolutamente legal?
¿PROFESIÓN DE FE?
“La única pregunta que
debe importarnos es ¿servirá de algo? (Un señor diputado: ¡No!). ¿Servirán de
algo tanta estrechez y tantas apreturas? (Rumores).
Mi respuesta es sí con toda rotundidad. (Varios
señores diputados: ¡No, no!—Aplausos). Mi respuesta es sí, y no tengo
ninguna duda, señorías, y no ocuparía este puesto si la tuviera. Estoy
convencido de que al final del sacrificio nos espera la recompensa. (Una señora diputada: ¿Cuándo?)”
Se
me ha adelantado la señora diputada con la pregunta ¿Cuándo?
¿Por qué esto me suena a lenguaje eclesiástico: “los sufrimientos de aquí, de esta vida, serán premiados en el más allá, en la otra vida”?
¿Tenemos que hacer una profesión de fe en que “servirán de algo tanta estrechez y tantas apreturas? ¿O basta con hacer las renuncias cambiando a “Satanás, sus pompas y vanidades” por cada uno de los sacrificios que se nos piden?
Acabo
pidiendo perdón por no entender ni comprender (¿no es lo mismo?) casi nada de este
asunto de la crisis y dando las gracias a quienes habéis tenido la paciencia de
leer este desahogo, que sólo se trata de eso de una expansión más sentimental
que intelectual. Ni yo pretendía ni creo
que nadie esperaba que yo explicara la crisis ni menos aún que diera las claves de la solución.
Sólo quería felicitarte por tu estupendo artículo ¿CAUTIVOS DE EUROPA?
ResponEliminaPor su contenido y por la forma tan acertada de comunicarlo. Todo merece una alta calificación. Lástima no llegue a muchísimos más. Yo me he permitido reenviarlo a algunos de mis contactos. Por desgracia los protagonistas del desaguisado no ven ni oyen, o mejor, no quieren oir ni ver la realidad,
Un cordial abrazo.
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Antonio Lagarda.