Comentarios a propósito de la novela “SANGRE” de F. Asensi
No me mueve desde luego la ironía
para responder a esta pregunta sino, bien al contrario, lo hago por la
persistente preocupación que he manifestado en estas páginas de NIHIL OBSTAT desde
hace años, para denunciar el abuso del Nombre de Dios, transgrediendo así el
segundo mandamiento del Decálogo.
Si bien reconozco que parece sólo una sutileza,
yo deseo dejar bien clara la distinción e
incluso la contradicción de ambas interpretaciones.
Alguien podrá opinar
que mis disquisiciones sean excesivamente sutiles y reconozco las dificultades
para explicar lo que quiero decir. Pero voy a intentarlo. Como dice el Quijote:
”La verdad
adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el
agua”.
Veamos.
-Una interpretación correcta sería decir que el OPUS tiene como fin a Dios, a quién quiere servir, secundar, obsequiar, reverenciar, creer etc.
-Una interpretación correcta sería decir que el OPUS tiene como fin a Dios, a quién quiere servir, secundar, obsequiar, reverenciar, creer etc.
-Otra (no sólo distinta, sino incluso contradictoria), sería la que pretende que DEI sea el genitivo de la frase, con lo cual significaría que el OPUS es empresa DE DIOS. Empresa querida, autorizada y constituida por EL, hasta el punto de que EL OPUS se atribuiría la autoridad absoluta divina, especialmente sobre las conciencias de todos sus miembros.
Lo explicaré apoyándome en dos acontecimientos recientes:
El
primero es mi apasionada lectura de la última novela de nuestro amigo
Paco Asensi, titulada “SANGRE”.
Esta novela ha sido la que me ha
sugerido la interrogación que he tomado como título de este artículo: OPUS DEI, ¿DE VERDAD?
Sin olvidar que se trata de una novela
policiaca, en la que el protagonista es un policía en su apasionado trabajo de
investigar unos misteriosos crímenes; a mí (con escasa afición al género
policíaco), lo que me ha interesado ciertamente y sin lugar a dudas es la trama,
el fondo de toda la novela, en la que se descubre cuál es la causa que ha
motivado la cadena de los crímenes y violencias ejecutadas sin escrúpulos.
Y esa trama no es otra que la
rocambolesca aventura de conseguir la clonación de la sangre del Jesucristo,
con el sacrosanto propósito de lograr el mayor poder en la Iglesia.
Quizás es por eso por lo que mi
interés en la lectura de la novela no decayó sino al contrario, se acrecentó a
medida de que el desarrollo de la acción se adentra en esos terrenos del manejo
de las creencias y voluntades de los adeptos. En la novela van apareciendo muy
bien entramadas las intrigas de los crímenes con las manipulaciones de las
consciencias.
Consigue un clima fascinante de
realidad y ficción del que es imposible desembarazarse. Incluso el agnóstico
comisario y su compañera se ven envueltos en esa maraña.
Ponen al lector la carne de gallina
esos embrollos y mezcolanzas, que si bien es verdad que están fantaseadas por
el escritor, son verosímiles, tienen un fundamento real. Yo, personalmente, lo
he vivido de cerca en algunos de mis amigos, “ex-opus”, que han sufrido la
crueldad de amenazas de correligionarios: hasta el extremo de tener que pagar
guarda-espaldas y sufrir episodios esquizofrénicos.
Así pues, y volviendo a la
duda expresada en el título: OPUS DEI,
¿DE VERDAD?, podremos concluir que, si se interpreta como una afirmación,
que el OPUS es obra de DIOS, tendremos una confusión
que encubre el abuso de arrogarse la autoría-filiación divina.
El segundo motivo de mis dudas respecto a la interrogación del título es anecdótico y tiene guasa.
Ello fue que asistimos este verano a
la boda del hijo de un amigo. En la exhortación final a los novios, el
oficiante, sacerdote del OPUS DEI, les invitó a que recibieran todos los hijos
que Dios les enviara, con una curiosa advertencia. Les dijo: “Eso sí, siempre que sea en honesta
copulación”.
Ni los novios ni nadie de los
asistentes consideramos oportuno preguntarle cómo debía ser la “copulación”
para que fuera “honesta”; y si verdaderamente Dios lo exigía, como condición
para concederles su bendición.
Yo siempre me pregunto por qué la
moral de este grupo religioso se centra en la sexualidad antes que en otros
temas. Si le busco su fundamentación en el Nuevo Testamento o entre las
preocupaciones de Jesús, no acabo de encontrarla.
Cada uno es libre de elegir sus
preocupaciones morales, pero nadie tiene la autoridad ni el poder de cargarlas
a los demás; y menos, si no están fundamentadas en los Evangelios.
Es simplemente una anécdota simpática
pero muy significativa.
¿A santo de qué se debe invocar a Dios
hasta para realizar las así llamadas “copulaciones”?
De ahí mi perplejidad ante la obsesión
de la moral sexual del OPUS DEI.
Por otra parte, no es casualidad que,
no sólo el OPUS DEI, sino que una de las finalidades de todas las religiones
sea apropiarse de la autoridad divina, para afianzar el dominio en la
conciencia de sus creyentes.
Volvamos a la duda expresada
en el título. Si se interpreta como una afirmación: el OPUS es obra de DIOS, se crea una confusión que puede encubrir
el abuso de arrogarse la autoridad divina, (paradójicamente contraria a su
voluntad), según los casos anteriormente analizados.
Ramón Gascó
http://opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=8561
Allí "Hemeroteco" dice:
Autores: GALLEGO & REY
Publicado en "El Mundo", España.
Nota: La viñeta original en mi poder, recorte de una página del periódico, no lleva la fecha en la que se publicó.
Comentario enviado por OVIDIO FUENTES:
ResponEliminaNuestro común amigo Ramón Gascó, firmante del anterior artículo sobre el Opus (no me atrevo a escribir "Dei"), trae a cuento el consejo del celebrante a unos novios referente a la copulación. Debo decir que me gusta más el verbo activo copular. Pero ¡qué manía de cambiar las cosas! ¡Qué tiempos! Mis primeros conocimientos sobre el tema (la posguerra, escuela unitaria...)se referían exclusivamente a las preposiciones COPULATIVAS, que las hay. Y los análisis eran únicamente gramaticales. Pero ahora se habla de moral. Hasta en eso se mete la iglesia. ¡Qué raro!
Al margen de todo esto, en mi opinión, lo único admirable en el Opus es la moral del trabajo: el trabajo como problema moral, la competencia profesional, la chapuza en el trabajo como pecado, el trabajo como servicio amoroso al prójimo. Eso hay que hacerlo bien. Ellos, por lo menos, se lo plantean.
Lo del trabajo bien hecho, se nota que no los conoces de cera.
ResponEliminaOVIDIO FUENTES responde
ResponElimina"Cierto. Prescindo de ideologías y de conductas tendenciosas inspiradas en ellas.
Pero al hablar de la competencia profesional en el Opus, me atengo a estos considerandos:
1.- Después de la 2ª guerra mundial, España quedó aislada internacionalmente, por razones evidentes. Elevar a teoría económica esa situación con aquello de la "autarquia económica", era querer hacer de la necesidad virtud. Franco nombró unos cuantos Ministros del Opus para establecer el Plan de Estabilización Económica, que fue punto de apoyo para los avances económicos de los años 60.
2.- La Clínica de Pamplona tiene buena fama, hasta el punto de que la familia real acude a ella.
3.- Hay algún libro, y no es difícil localizar textos en internet, sobre el trabajo y la espiritualidad en el Opus"